El alcohol no es amigo de nadie pero para el
fitness realmente es un enemigo encarnizado. El alcohol tiene muchas calorías,
siete por cada gramo que se ingiere sin que tengan valor nutricional alguno,
razón por la cual se les suele denominar calorías vacías.
Además consume minerales y vitaminas
para poder ser metabolizado, daña el hígado, produce deshidratación e
incrementa la cantidad de radicales libres dañinos para las células.
No es que digamos absolutamente no a
un vaso de buen vino, pero no tenemos más remedio que ser cometidos, se trata
de una bebida alcohólica, más fuerte que la cerveza o la sidra, aunque todo
está bien con moderación puesto que los fitoquímicos que contiene como por
ejemplo el resveratrol de la uva o también el lúpulo de la cerveza, protegen la
salud.
Has de saber que las mejores copas
de vino que puedes compaginar con fitness son las de vino blanco o rosado, que
tienen entre 80 y 90 kcal/100cc; el vino tinto, con 75 kcal/100 cc; la sidra,
con 37 kcal/100cc; la cerveza, que tiene 47 kcal/100cc; y el cava que posee 70
kcal/100cc.

Los procesos de industrialización se
han encargado de que fiambres como por ejemplo el jamón de York se convierta en
la realidad en una masa de gelatina rosácea, que además es rica en azúcares, en
féculas, en sal, en fosfatos, etc.; por todo lo cual verás que es muy poco
recomendable para una dieta de deportistas.