El Hosquillo tiene
orientación SE – NE y es una hondonada grande y ovalada de unos 3,5 kilómetros
de longitud y 200 metros de ancho. La
visita a este parque debes solicitarla previamente para que la organización
pueda programar grupos y horarios. Su vista, desde el mirador a 1548 metros de
altitud del Alto de Peñajosa, es más que majestuosa; y, desde este marco,
podremos ver el ensanchamiento del valle
que se cierra mediante paredes verticales rocosas que literalmente cercan este
parque cinegético.
Este sitio tiene un
gran valor, pues al ser bañado por la hoz del río Escabas y tener esta barrera
rocosa, consigue concentrar en sí los
diversos ecosistemas que tiene Cuenca, con sus áreas fluviales y zonas
hidrológicas, sus cumbres escarpadas y de imprevisible recorrido, los pinares,
etc.
El lugar fue acotado
para fines cinegéticos y de reserva natural, aunque también como podrás ir
viendo, tiene cotos de caza; tiene además de la fauna típica, osos pardos y
lobos, que son especies protegidas.
La parte norte del
Hosquillo, está conformada por un fuerte talud en el que podrás ver todos los niveles de calizas cretácicas, es
decir, originarias del Cretácico Superior. Rocas calcáreas masivas del
Turonense culminan en un cortado vertical. Mientras, en el flanco sur afloran,
en la zona de umbría, las margas o capas margosas procedentes del Jurásico
Superior, haciendo el talud bastante más suave.
En la parte alta
presiden conjuntos calcáreos del Jurásico Medio, bien estratificado; de aquí
proceden las aguas que emanan del Berral, la fuente que les da origen. Una
muralla de escarpes verticales cierra el surco en la cabecera y también en la
salida, su procedencia se conoce como del Turonense.
Desde el mirador del
Reloj, encina del acceso al parque, se puede disfrutar además de una
espectacular vista, en la época de berrea de los sonidos y escenario singulares.