Luis Herrero en Libertad Digital ya lo decía con estas palabras: " Por pintoresco que parezca, Sánchez está feliz como una perdiz. Me lo cuentan espías paraguayos de toda solvencia . Tiene lo que quería, el salvoconducto para agotar la legislatura, y no le preocupan las consecuencias de los movimientos que ha tenido que hacer para conseguirlo ". Tampoco parece incomodarle demasiado la imagen que ofrece de debilidad frente a Iglesias, siempre desafiante. No parece importarle que existe serio riesgo de deserción en el propio seno socialista, tampoco parece que le pese demasiado el pago que le exijan los los independentistas vascos y catalanes de aquí en adelante. Podría parecer que Iglesias le gana todos los pulsos, al menos los importantes sobre todo durante la negociación de los presupuestos, pero realmente quien se hace con "los méritos" ante los votantes de U. Podemos es él y no Iglesias. El giro hacia la izquierda del sanchismo gusta a los podemitas