La organización de una boda siempre trae preocupaciones porque los novios la ven como algo complejo, en tales casos lo mejor es relajarse y pensar que el proceso es menos complejo de lo que parece en principio. La lista de prioridades puede quedar marcada en un calendario o agenda e ir marcando allí los temas que ya se vayan resolviendo, para después hacer seguimiento y posterior supervisión. Lo primero de todo es fijar la fecha que ha de hacerse con un año de antelación o incluso algo más. Hay que barajar varias fechas posibles y la fecha final dependerá de la disponibilidad de la institución en la que los contrayentes vayan a casarse; hay que hacer coincidir la institución en su fecha de la ceremonia de la boda con el establecimiento para la celebración de la misma. Todo lo cual debe preverse con tiempo pues tanto las instituciones como los lugares de celebración suelen tener fechas reservadas ya hasta con más del año de antelación. Si la fecha de la boda se fija en un