Las espinacas son ricas en nitratos orgánicos, que poseen la cualidad de poder reducir la precarga y la postcarga en trastornos cardiacos. En base a ellos se dispone de varios fármacos elaborados con nitroglicerina y otros nitratos que se agregan al arsenal médico para así poder extender y mejorar la utilidad clínica. El óxido nítrico que es producido por los nitratos, cuando entra en contacto con las bacterias bucales, procede actuando como un vasodilatador y abriendo las arterias. Según estudios del Instituto Karolinska de Estocolmo, el consumo de espinacas ayuda a controlar la alta presión arterial. Este estudio demostró que a las personas que comían tres platos de espinacas a la semana les descendía considerablemente su presión arterial. Como resultados biomédicos, los efectos farmacológicos de los nitratos mencionados anteriormente, llevan a la disminución del consumo de oxígeno por parte de miocardio, lo que lleva a una relación mejorada de aporte - consumo de