En The American Journal of Clinical Nutrition se ha publicado un estudio que fue realizado por la Escuela de Salud Pública de Harvard, durante 26 años, en 82.000 mujeres, según el cual las mujeres maduras que tienen una dieta rica en carbohidratos refinados pero no beben alcohol, siendo completamente astemias, tiene un riesgo de desarrollar diabetes superior en un 30 por ciento a quienes consumen alcohol en pequeñas dosis. Los carbohidratos refinados son las bebidas azucaradas, el pan blanco, harina de trigo, endulzantes de maíz, … que se procesan industrialmente; y tienen menor valor nutritivo y un aporte calórico más alto que los carbohidratos naturales, como son los vegetales y las frutas. Según la investigación, después de la comida, el alcohol influiría en la producción de insulina, además de otras substancias para contrarrestar los picos de azúcar en sangre.