La Ermita de las Angustias data de fines
del siglo XIV, y sobre su edificio se construyó la actual que data del siglo XVII, pero que se amplía sobre la
segunda mitad del XVIII en base al proyecto de José Martín de Aldehuela.
La Virgen de las Angustias tiene una gran devoción en Cuenca, no en vano es
la patrona de la diócesis conquense. En Semana Santa, los conquenses acompañar
a la Virgen, el Viernes Santo, tras la muerte de Jesucristo, su hijo, en su
soledad. En realidad, la Virgen de Las Angustias es una Soledad.
La ermita recibe visitas gratuitas todo el año pero tiene distintos horarios
según sea invierno o verano; en invierno se abren sus puertas al visitante de Horarios9
a 19 horas y en verano de 9 a 22 horas.
Tras la visita a este
recinto religioso puedes continuar tu excursión. Al bajar por las escaleras de
la izquierda de la ermita llegarás a una preciosa zona natural junto al Júcar, es
el Recreo Pera, no dejes de beber el agua fresca de La Fuente del Abanico, en los Juegos de Bolos; y si vas por la
derecha, desde el Santuario, siguiendo la calle Armas vas a llegar a la Iglesia
de San Miguel.
Cuenca toda es una simbiosis entre naturaleza y arquitectura, ya la bajada
a las Angustias va a suponer un continuo acondicionamiento de escaleras a la
roca que está horadada en un tramo, es el Postigo de los Descalzos.
Aquí puedes ver una cara labrada en el risco que, según la costumbre, al
aproximar el oído nos hablará, pero si no hay nadie cerca porque siendo así la
cara nos dará n golpecito contra la piedra. Una vez que hemos pasado el Convento
de los Descalzos veremos ya la Ermita de las Angustias, a extramuros de la
ciudad conquense.
Los Descalzos la anexionaron a su convento allá por el siglo XVI razón que
causó malestar en la población, cuestión que se intentó resolver con la
colocación de una pequeña imagen a la entrada de la ermita de la Virgen, con lo
que de nuevo la Virgen quedaba a la vista de los fieles, que siguieron
reclamando la entrada libre al santuario.