Si vas a Cuenca y no
visitas el Seminario Conciliar de San Julián te dejarás en blanco un trozo de
historia. Está en la plaza de la Merced y es bello edificio barroco que fue
construido, a mediados del siglo XVIII, por el arquitecto fray Vicente Sevilla.
El edificio fue
construido sobre los restos de lo que fue el Palacio y casas del Marqués de
Siruela y Valverde datadas en el siglo XVI, en el año de 1745. Los fondos para
su construcción se deben al obispo José Flores Osorio, quien donó los fondos
para su construcción.
Fundamentalmente el
Seminario Conciliar se construye a lo largo del siglo XVIII y en su
construcción conserva muros de lo que fue el
antiguo Palacio de los Marqueses de Cañete y Hurtado de Mendoza, que
fueron virreyes de Perú y fundadores de la ciudad de Cuenca en Ecuador. Hoy día
las dos cuencas están hermanadas y los descendientes de estos marqueses de
Cañete y Hurtado de Mendoza construirían además otras ciudades en Ecuador.
Destacan en este
magnífico inmueble la rica biblioteca que custodia preciados volúmenes y en
breve, se espera que acoja una rica colección de códices y manuscritos
propiedad del seminario. Destaca asimismo el retablo gótico, en la capilla, del Maestro de Horcajo, que
sirve también como sala de conciertos en la Semana de Música Religiosa de
Cuenca. También te sorprenderá la portada barroca del seminario conciliar.
El marco en el que se
ubica, la Plaza de la Merced, es un bello y monumental sitio de la ciudad de
Cuenca, en el que antiguamente existió un convento de mercedarios calzados, que
después pasaría a habitarse por Esclavas del Santísimo Sacramento, alias “Las
Blancas”. Aquí tendrás ocasión de comprobar como siempre las monjas Blancas
tienen siempre a una de ellas al cargo de la custodia de la Sagrada Forma,
tanto durante el día como durante la noche.
La orden de La Merced, que
era la vinculada originariamente al edificio, va muy unida a los asilos de
desamparados y esta funcionalidad cumplía el inmueble que actualmente alberga
al llamado Museo de las Ciencias.