La Iglesia de San
Andrés es una de las primeras iglesias que marcan el paso de la dominación mora
a la cristiana de nuevo tras la Reconquista y hoy por hoy, los yacimientos
arqueológicos que en ella se han encontrado, revelan su importancia a lo largo
de más de ocho siglos, siendo uno de los hallazgos, el cuerpo momificado de un
hombre joven, que de forma natural se ha conservado y que se haya en relativo
buen estado de conservación. El equipo de investigación encargado de estos
trabajos lo ha datado posiblemente en torno al siglo XVII.
El cuerpo estaba en un
ataúd, perfectamente conservado con toda su ropa conservada. Se trataría de un
niño que lleva hábito, con lo que posiblemente sería un novicio o también
reflejaría su vinculación familiar a una orden de la que pudiera ser benefactor
y por este motivo habría sido enterrado con habito, recordemos que aún hoy los
niños pueden hacer la comunión vestidos de frailes. Al cuerpo se le han
aplicado técnicas para averiguar su datación tales como el Carbono 14.
También se han
encontrado jaspes y policromía y restos que hablan de un importante retablo del
siglo XVIII, pero del mismo no existe constancia documental. Aventuramos que su
desaparición podría haber sido a manos de alguna de las desamortizaciones o de
otra rapiña, la de los franceses en la Guerra de la Independencia por ejemplo;
o en desastres del 36, pero de ser pasto de los desastres del Frente Popular en
el 36 quedaría algún recuerdo o algún documento gráfico al menos. Otra
explicación sería una supuesta venta, pero de un hecho similar también
necesariamente deberían quedar documentos en la parroquia.
La arqueología
investiga ahora criptas de época medieval y de la Guerra Civil, en esta última
se han encontrado municiones y latas de conservas de comida e instrumentos
cotidianos que usaban las milicias. Todo ello habla de la posibilidad
hehaciente de haberse convertido la Iglesia de San Andrés en un cuartel de
milicias republicanas. Estamos ya más cercanos a saber qué pasó con el retablo.
El futuro de este
templo que no está hábil al culto sino a la investigación histórica y
arqueológica, por el momento, es convertirse en un centro cultural para seguir
formando parte de la historia de la capital conquense.