Siguiendo por
nuestro recorrido por La Mancha conquense, no debemos pasar de largo por
Honrubia, pues en este lugar hay que detenerse a ver su casa-palacio con portada
del siglo XVII y la Parroquial de Nuestra Señora de la Asunción.
En Mota del
Cuervo podrás viajar en el tiempo y ver el paisaje tal y como se describe en
Don Quijote de La Mancha. El pueblo tiene siete molinos de viento y varias casas
señoriales de arquitectura típica manchega que se datan entre los siglos XVI y
XVIII.
En 1542, una Real Provisión de Carlos I
que se conserva en el Archivo Municipal, aparece ya el nombre completo de la
villa “La Mota El Quervo”; y en las Relaciones Topográficas de Felipe II de 1575,
tendremos abundantes datos que nos hablan de la situación económica y social y
según la cual, los habitantes de Mota del Cuervo eran en su mayoría pobres y
trabajadores, braceros en su mayoría: “que ganan de comer con sus brazos”, sus
casas eran bajas y pequeñas, de tierra y piedra, entre las cuales diez casas pertenecían
a hidalgos.
El Pedernoso es
otro de los lugares obligados en tu circuito por La Mancha conquense, que se ha
configurado como un interesante conjunto urbano y que tiene en sus
alrededores una riqueza ecológica digna de reparar en ella, pues es de las
zonas lacustres más importantes que La Mancha tiene.
Por su parte,
Las Pedroñeras, se erige como un conjunto de edificaciones antiguas que se
ha conservado excelentemente. En este pueblo podrás encontrar casonas muy bien
cuidadas.
En Vara del Rey
podrás ver el Palacio del Marqués de Valdeguerra, zona esta de tremendas escaramuzas y
batallas singulares al hilo de la Reconquista, no en vano la etimología graba
en los topónimos su sello, como en este caso Valdeguerra, es decir: valle de
guerras. Una muestra del Renacimiento en tierra conquense es el Ayuntamiento de
esta villa, que es un del s. XVI.
No podemos dejar
la visita a La Mancha conquense sin pasar primero por Villaescusa de Haro. Aquí
verás muestras del gótico y del periodo renacentista y sus edificios son
simbiosis entre estos dos estilos en la historia de la arquitectura: gótico-renacentistas. La
villa estuvo amurallada, pero de sus murallas se conservan hoy pocos restos.