El Museo Diocesano de Cuenca se crea por Decreto
el día 28 de enero de 1977 y queda publicado en
Boletín Oficial del Obispado. Su creación se gesta en base a la
colaboración entre la Caja de Ahorros y el Obispado conquense.
Mientras el Obispado adopta el compromiso de
apertura y aportaba los fondos, al menos durante quince años, la Caja de
Ahorros se comprometía a colaborar económicamente y anualmente, así como a
financiar la instalación del Museo Diocesano. Hoy la Caja de Ahorros tiene
entidad como Caja Castilla-La Mancha.
El Museo Diocesano se ubica en el Palacio
Episcopal y consta de tres plantas, quedando adosado al edificio episcopal en
su fachada SE, teniendo acceso por la C/ Obispo Valero.
Fernando Barja Noguerol fue el arquitecto
encomendado por La Caja para diseñar y
adaptar el espacio dándole un
itinerario lógico, se dotó de cámara acorazada y de la debida seguridad en todo
el espacio que ocupa, que vienen a ser 1.007 m2.
El coste de la empresa ascendió inicialmente a
11.000.000 de pesetas; y Barja conservó la estructura del edificio en su
totalidad, restaurándolo con esmero pues no en vano se trata de un edificio que
data del siglo XII, a saber por la inscripción árabe-cúfica, que apareció en el
Museo, en su salón principal; pero adaptándose a la restauración del siglo XVI
llevada a cabo por el Obispo Rodrigo de Castro en el año 1578, según consta en lápida
conmemorativa con el escudo episcopal ubicado en la puerta de la Sala de las Alfombras.
También por encargo de la Caja de Ahorros se
encarga del diseño del espacio artístico Gustavo Torner, que consigue lograr un
perfecto equilibrio entre los conceptos de arte y fe, como tendrás la
oportunidad de comprobar en su visita.
La Iglesia así correspondía con la recomendación
de la Conferencia Episcopal de conservación y protección de patrimonio
eclesiástico que había hecho seis años antes de la inauguración del Museo
Diocesano Conquense.