La Iglesia de San Miguel de Cuencas fue erigida a fines del siglo XIII y de
esta época conserva el primitivo ábside semicircular, es un edificio de
transición al gótico que presenta restos de distintas épocas, así restos de la
decoración interior y una excelente portada renacentista.
Mezcolanza de estilos que habla de varias cosas a la vez, del paso del
tiempo, de la huella que dejaron en sus muros las guerras, la escasez de
recursos para terminar en poco tiempo el edificio, que debe postergar su
terminación y acomodarse así a nuevos arquitectos, nuevos estilos, nuevas
mentalidades.
Conserva junto a la iglesia restos de baños moros, lo que nos habla de una
civilización nacida en el desierto y en sus escaseces que vienen a la Península sometiendo a la
población con sus técnicas de conquistas llamadas razzias y que pretende hacer
tabla rasa de lo vivido por ellos en su desierto y por los españoles aquí en la
Península. Tansforman el paisaje primero con sus técnicas de conquistas a
sangre y fuego; y, después, con sus usos y costumbres. El agua para ellos deja
de ser un problema y realmente vemos como el musulmán profesa un culto al agua,
como lo demuestran sus sistemas de riego, sus fuentes, sus estanques, baños
públicos, sus fuentes para las abluciones en las mezquitas, etc.
Estos baños también nos hablan de que la mejor conquista, la conquista
absoluta es la que se levanta sobre las ruinas de la anterior población, de
esta forma, si los moros llegaron e hicieron mesa limpia arrasando y quemando
bosques, documentación y destruyendo
todo lo que fuera, con la Reconquista se cristianizan de nuevo los lugares y no
es difícil ver como se erige una iglesia allá donde antes había una mezquita.
Frente a los baños un arco ojival se encarga de comunicar la Calle Pilares con
el llamado Barrio de San Miguel.
El edificio fue cedido al ayuntamiento por intercesión de uno de sus
concejales sobre mitad del siglo XX y desde entonces adquiere usos musicales,
siendo visitable en Semana Santa y durante la Semana de Música Religiosa.