El Puente de
San Pablo es una imponente estructura metálica que atraviesa la Hoz del
Huécar y te llevará hasta el Parador, en el que puedes instalarte o simplemente
asomarte como a otro monumentos más.
El pueste es un lugar fenomenal si eres amante de la
fotografía y si el vértigo no te hace cosquillas, deberías pasarlo pues
realmente es impresionante el panorama que desde allí podrás divisar.
Entrégate a la curiosidad, crúzalo y vuelve, ya me
contarás.
El puente se construye para poner en comunicación el abismo
existente entre la trasera de la Catedral y el Convento de San Pablo, casa de
los padres paúles. Vino a sustituir un antiguo puente de piedra con cinco ojos
apoyados en cuatro pilares.
La idea de su construcción partió de la orden de Juan
del Pozo, canónigo de la Catedral conquense, quien vería iniciar las obras en 1534.
No fue una construcción breve en el tiempo, su terminación tiene lugar en año
de 1589, tal cuestión explica que los maestros de obras se sucediesen y así,
veríamos pasar por la dirección de obras a Francisco de Luna, a Andrés de
Vandelvira, a Juan Gutiérrez de la Hoceja, también a Juan de Palacios, seguido
de Hernando de Palacios y, finalmente, Juan de Meril.
Todos ellos excelentes profesionales, pero ninguno fue
capaz de acertar con la fortificación de los pilares que iban hundiénsose
progresivamente.
Tiene el sobrenombre del Puente de los Suicidios, evocando obviamente ser
el lugar elegido para desaparecer de este mundo de quienes no estaban demasiado
contentos en el mismo.
La construcción primitiva se componía de cinco —escribe César González-Ruano— arcos grandes
de piedra y sus pilares ascendían desde el valle ondulante del río Huécar y
presentaban aspecto de fortaleza, sin el 7 de mayo de 1786, curiosamente día de
la Ascensión, el puente se resquebrajó en su primer tramo y quedó afectado el segundo
arco, muy próximo a la villa conquense.
El arquitecto encargado de la reparación fue Mateo López que hizo todo lo
posible por enmendar el tremendo desastre, y el puente hasta 1895permaneció en
pie.
En esa fecha el desplome de otro arco aconsejaba su demolición total y,
siguiendo planos de José María Fuster, el arquitecto George H. Bartle se empeñó
entonces en la construcción del puente tal y como hoy lo vemos, un puente
metálico, que se inauguraba el 19 de abril de 1903.