El Río Cabriel con el
paso de los siglos fue excavando en el terreno una profunda y garganta
Minglanilla es un pueblo que se sitúa en las más hermosas e inhóspitas
estribaciones de este terreno que se originó hace 170 millones de años,
entonces, el mar del Tetis que cubría la zona fue retirándose progresivamente y
se fue formando el Sistema Ibérico, que es donde tiene ocasión el nacimiento
del Río Cabriel.
El río comparte orillas
con pueblos como Villalgordo del Cabriel y La Venta del Moro, pasando por
"Los Cuchillos o Cuchillares" y recreando se en las llamadas Hoces
del Río Cabriel, en un variado ecosistema en el que confluyen pinos carrasco y sotobosque,
brezos, madroños, cascojas, enebros, espliego, etc.
Durante el proceso de
formación del Sistema Ibérico, los plegamientos dejaron en superficie arcillas,
margas y areniscas junto con calizas miocénicas, que son rocas blandas fácilmente
erosionables por el viento y el agua, razón por la cual hoy contamos con
soberbios accidentes geográficos como cuchillos, picados o crestones
puntiagudos. El río en su discurso forma profundos barrancos, algunos de los
cuales susperan los 100 metros de profundidad, junto con cañones, hoces y abrigos.
Las Hoces del Cabriel
constituyen una reserva natural de 1.662 hectáreas, de las que en el término de
Minglanilla hay un 95%. Aquí podrás ver cómo viven ardillas, cabras montesas,
gatos monteses, ginetas, jabalíes, linces, tejones y zorros, además de aves
como el águila real y la perdicera, el halcón peregrino o el búho real.
Pasear por estas zonas
no es más que encontrarse con la naturaleza, apreciar el verdadero silencio,
inexistente en las ciudades, disfrutar de los sonidos con los que nos regala la
naturaleza y mirar hacia el horizonte, hacia arriba, hacia abajo, en una
perspectiva que nos saque de la que habitualmente vemos, la pantalla del
ordenador, las caller de la ciudad, coches, ruido, etc.