Una de las bebidas típicas es el licor resolí que
algunos le dan una ascendencia musulmana. Esta bebida se suele fabricar en los
pueblos, en las casas de los vecinos de la provincia de Cuenca y también se
extiende la costumbre por los alrededores, que se han contagiado del gusto por
esta costumbre; y ha llegado a comercializarse en otras provincias también
tales como Alicante.
Si has visto botellas en la forma de las Casas
Colgadas de Cuenca, sabrás que el licor que contienen es resolí, con lo cual se
potencia el turismo y la gastronomía a la vez por medio de la venta del resolí
que se convierte así en un reclamo turístico.
El licor se realiza mediante
café, canela, aguardiente, fundamentalmente, siendo en realidad un licor suave
de café que viene a tener 180.
Cuando visites Cuenca tendrás
la oportunidad de apreciar cómo se vende prácticamente en todos los comercios
en los que entres y su precio no es excesivo, oscila entre los seis y siete
euros. Se vende muy bien ya que el visitante no se resiste a dejar pasar un
recuerdo turístico tal y no escatima a la hora de su adquisición.
Tiene un sabor entrañable y especial, que se recuerda; los visitantes de Cuenca que prueben el resolí, cuando agoten la botella y en el tiempo recuerden sus paseos por la ciudad, no podrán evitar el regusto en el que el pensamiento parecerá materializarse.
Se degusta generalmente tras
las comidas, acompañando a dulces, en fiestas o celebraciones, situaciones
típicas o especiales; y tiene la cualidad de ser una bebida muy digestiva.
Existe una alternativa a las
botellas en forma de Casas Colgadas de Cuenca y es el resolí que se envasa en
botellas de barro. En este caso el producto se hace mucho más asequible; y,
también, más sabroso, quizás sea la aportación del barro que guarda bien los
auténticos sabores, lo protege de la luz y lo mantiene aislado de los cambios
de temperatura.
Para quien quiera probar y
experimentar en el arte de la elaboración de los licores, se debe saber que los
ingredientes que debe manejar son un
litro de buen café, una cucharadita de clavo molido, una cucharadita de
semillas de anís; también añadiremos las cortezas de dos limones y de dos
naranjas, más 2´5 kilos de azúcar; añadiremos una rama de canela, dos litros de
anís, pero de anís seco, que puede cambiarse por otra variedad de aguardiente;
y para terminar, tres litros de agua.
Este licor que casero es una delicia y se prepara poniendo a calentar los tres
litros de agua con el azúcar mezclándolos; y de la mezcla del agua con el
azúcar resultará un almíbar al que vamos a añadir después el litro de café de
buenísima calidad, también las semillas con las cortezas, con la canela y con
el clavo. Todo deberá llevarse a punto de ebullición y mantener durante una
hora.
Tas hervir dejaremos enfriar
tranquilamente y después colaremos para dejar limpio el líquido que vamos a
convertir en licor.
Cuando esté completamente
frio y bien colado, ya limpio se le añadirá el anís o el aguardiente que
hayamos elegido, para dejarlo reposar durante unos días para que se asiente
bien, tome cuerpo y los sabores se mezclen antes de que decidamos ofrecerlo y/o
probarlo.