Los
Callejones de Las Majadas son formaciones calizas del Cretácico que aparecen a
la vista del visitante como curiosos puentes, pasajes, monolitos, arcos, o
también configurando un paisaje como el que vemos de la Ciudad Encantada,
aunque en este caso presenta menores dimensiones y menor superficie.
Estos
parajes de Las Majadas son visitados cada año por miles de personas, están a unos 3 kilómetros de distancia del pueblo y
representa uno de los lugares de Cuenca con mayor interés junto con los
llamados Miradores de las Majadas, que están muy próximos a Los Callejones,
cercanos al parque cinegético El Hosquillo y a la Fuente de la Tía Perra.
Puedes
disfrutar tranquilamente, sin miedo a perderte por estos laberintos, puesto que
hay dos recorridos principales, cada uno de distinta longitud y en el que el
más corto está señalizado para la ocasión, con el objetivo de que te resulte
más cómoda la visita y tengas sensación de que no te puedes perder.
Los pastores
tradicionalmente han utilizado estos Callejones para construir apriscos para
guardar a los animales, algunos se conservan y se pueden ver también como
muestra de la antropología local. Realmente la visita es muy instructiva y
merece la pena dedicarle unas vacaciones.
No sólo
vamos a ver piedras y formaciones rocosas, la naturaleza es en Cuenca rica en
demasía. Concretamente la flora en el
Arco de Los Callejones es muy representativa de la serranía conquense y veremos
por aquí pino negral, aliaga, boj, sabina, enebro, hierbas aromáticas, acebo,
arce y también varios tipos de setas además de otras muchas especies.
Es un
reducto de grandes mamíferos como jabalíes, también podrás ver ciervos o gamos;
y reserva de aves como águilas, otras rapaces y buitres leonados. Los
Callejones forman parte del Parque Natural de la Serranía de Cuenca, que fue creado
en 2007 por la Ley5/2007 de la Comunidad Autónoma de Castilla-La Mancha.
La sorpresa
va mucho más allá de la naturaleza, introduciendo al visitante en la Historia
de la Cinematografía pues fue aquí donde se rodaron algunas de las secuencias
de “El mundo nunca es suficiente” (1999), película protagonizada por Pierce
Brosnan como agente 007 al servicio de la reina de Inglaterra.