Iglesias en el Congreso
Según se ha hecho El Confidencial de la mano de un artículo de José Antonio Zarzalejos, Iglesias, el mismo que es vicepresidente segundo del Gobierno socialcomunista de España, sería el presidente de una coalición paralela.
El líder podemita está
- por una parte en el Consejo de Ministros con el PSOE
- y por otra, fuera del Gobierno, presidiría una alianza de extrema izquierda ligada a los separatistas de Bildu y ERC, para controlar a Pedro Sánchez.
Un juego a dos bandas que no sabemos en qué va a quedar.
En principio parece que la finalidad era la de aprobar los Presupuestos, uniendo sus escaños (35), a los de ERC (13) y Bildo (5), con ello pretendería dar estabilidad a la legislatura. Supuestamente la estrategia gubernamental no debe llevarla él, sino el presidente, y por delante todavía tiene otro cargo de vicepresidencia primera. Pero esta unión da para más, la creación de una plataforma en la que la extrema izquierda pueda coordinarse para actuar y actuar paralelamente, con lo que la actividad de Sánchez se vería condicionada, coaccionada, posiblemente ninguneada, quizás pisoteada..., no sabemos. El caso es que esa alianza puede dirigir los pasos de la rama socialista y, en principio, hegemónica, del Gobierno socialcomunista español. En palabras de Rufián una fuerza que cuando lo crea necesario "tuerza el brazo al PSOE en el Gobierno".
El primer paso de esta fuerza paralela al Gobierno habría sido la enmienda presentada a los Presupuestos con la intención de prohibir desahucios hasta el año 2022.
Iglesias con esta jugada quiere estar en Misa y repicando, es decir, en el Gobierno y en la oposición al mismo, moviendo fichas con dos barajas, gobernando en la pseudosombra de forma efectiva.
Iglesias se fortalece frente a Sánchez que de aliado pasa igualmente a ser su enemigo, pasa de la lealtad que debe al presidente en cuyo gobierno tiene el tercer puesto del Gobierno y resquebraja la cohesión exigía su alianza con el PSOE del Gobierno, decimos "del Gobierno" porque el verdadero PSOE no está en el Gobierno, es una especie de oposición también, más o menos declarada, según quien sea quienes se pronuncien.
Con la alianza Iglesias consigue ser más efectivo en sus propósitos, en los suyos propios, que nada tienen que ver con lo que los españoles votaron en las urnas. Iglesias es de los que si no consigue una cosa se da cien mil vueltas para llegar a su objetivo.
Una vez que se aprobasen los Presupuestos Generales del Estado, que harán que Sánchez se mantenga en Moncloa, el podemita podría actuar armado (en el sentido de fortalecido) con sus demás "colegas" (etimológicamente co legiados, que comparten el mismo colegio) para manipular a su antojo con los separatistas de la mano. No se entiende para qué se quiere estar en el Gobierno de una Nación para no gobernarla después y que sean otros quienes muevan al ejecutivo a su antojo, a golpe de mercadeo puro. Cuanto mejor sería sentarse, pensar, expurgar manzanas del cesto, coger otras de otros árboles no infectados y GOBERNAR sin más, nada más y nada menos.
Esta alianza supone un fortalecimiento para Bildu, que le come terreno al PNV, que en su origen se trata de un partido
- de origen cristiano
- con ciertos valores conservadores
- representa a clases medias y empresarios vascas
- y además habrían denunciado que Bildu tiene una “agenda oculta” en Madrid.
Razones por las cuales tanto Iglesias como Bildu le habrían echado la cruz, por no serles conveniente a ninguno de los dos, ni al podemita ni a los Bildu, estos últimos querrían el apoyo podemita para ascender y desplazar al PNV.
En tema catalán, los de ERC, con la alianza podemita, perseguirían un presidente catalán republicano en la Generalitat y alguna cosa más.
Supuestamente es esto lo que tendrían en la cabeza estos líderes que con estas alianzas toman el pulso al gobierno de Sánchez, pero estos planes no tienen por qué culminar, solo que Iglesia juega con la posibilidad trilereando para intentar sacar ventaja.
Sánchez no busca los aliados convenientes, las negociaciones con Cs parecen no fructificar; con el PP no son posibles mientras no despida a sus "amigos"; y con vox, ni que decir tiene...; pero ni no encuentra aliados fuera de sus alianzas, de las que ya tiene, su fuerza se va a verse en entredicho.
De nada sirve que desde el Gobierno se diga a los españoles que todos los partidos son legítimos para pactar cuando todo el mundo sabe que la juntiña con Bildu es más podemita que socialista. Ésto, a los socialistas de toda la vida, no es que no les guste, es que repudian estos pactos. Que se lo pregunten a Gonzáles, a Guerra, a...
Estos polvos se convertirán en lodos, los pies de Sánchez se van a llenar de barro y su electorado, antes que mojarse, va a preferir coger el paraguas.