Fueron catorce las horas que duró el vuelo en el que el rey Felipe VI, en esta ocasión acompañado de Iglesias Turrión, fue a asistir a la toma de posesión del presidente de Bolivia. Menos mal, para la comodidad y asustos del monarca, dispone de un espacio reservado y separado de la estancia que ocupan sus acompañantes. D. Felipe, acostumbrado a servir a España desde niño, no se vió afectado por los 12.000 metros que lo separaban de tierra, en el avión, ni por el mal de las alturas que pueden sufrir quienes no están acostumbrados a la altura boliviana, como Iglesias, que necesitó ayuda del médica. Realmente todo indica que lo único que compartieron fue avión porque D. Felipe tenía claro su cometido representando a España, por su parte Iglesias llevó su propia agenda a Bolivia de espaldas a Moncloa y con el malestar de Zarzuela.
Iglesias fue con Felipe VI a la toma de posesión del delfín de Evo Morales como presidente de Bolivia sin embargo su agenda parecía ligeramente distinta, se centró en el manifiesto que presentó. En el viaje a Bolivia espetó que: "La mayor amenaza son los poderes mediáticos que desprecian la verdad", no en vano mueve todos los hilos habidos y por haber en España para neutralizar las críticas y quejas del pueblo, medios de comunicación y desilusionados votantes con sus artimañas "legales" coaccionadoras y opresoras del constitucional derecho a la libertad de expresión.
Debieron ser, al menos, incómodas esas más de 14 horas en las que Felipe VI y el nombraddo por Sánchez como vicepresidente segundo de la nación, Iglesias Turrión, que juró incluso la Constitución y el servicio a España y lealtad al rey. Sin embargo no desaprovecha ocasión para criticar al rey de España con el argumento manido de que "Al Rey de España no lo ha elegido nadie, a Sánchez sí". A Sánchez n, su gobierno es un gobierno amañado en el que apura al máximo resortes "legales" y se acompaña de la peor colección que un español hubiera imaginado para su Gobierno.
Desde Madrid a la capital de boliviana de La Paz, más de 9.000 kilómetros, algo así como ir a Galicia desde Sevilla nueve veces seguidas. En avión se tarda unas 12 horas si se trata de vuelo directo o bien 14 horas si el vuelo es con escala, como en este caso, en el Airbus310 Reino de España . En realidad un viaje expres en el que Felipe VI y su corte pasó tanto tiempo en el aire como en la Tierra.
A pesar de las diferencias del podemita con la Constitución y Corona españolas, el trato entre Felipe VI e Iglesia se presume bueno según fuentes consultadas por EL ESPAÑOL. No esperábamos menos del rey, no tanto del podemita, acostumbrados a ver sus manifestaciones, tales como la que protagonizó en 2018 cuando dijo que si Pedro Sánchez estaba en acto oficial era porque lo eligieron presidente en el Parlamento, pero que "al Rey de España no le ha elegido nadie".La decisión de que Iglesias acompañara al rey no fue, como podemos adivinar, idea de Zarzuela, sino del Gobierno socialcomunista al que pertenece Iglesias Turrión.
Bolivia invitó a la ceremonia a España y Pedro Sánchez y su equipo determinaron que la representación española, sustituyendo Sánchez, debía ser del más alto nivel y el ejecutivo decidió, sin oposiciones al respecto, que la representación la harían Iglesias, vicepresidente segundo y Arancha González Laya, ministra de Asuntos Exteriores.Al parecer, la concurridísima agenda evitó que pudieran estar juntos y solos en ningún momento.
Pablo Iglesias hubo de ser atendido por el equipo médico de Zarzuela, equipo que acostumbra también atender a los invitados en el avión de ser necesario y también en los desplazamientos. Los trabajadores de Casa Real acostumbran acoger a todo el mundo haciendo al invitado parte de ellos mismos. Estuvieron pendientes Jaime Alfonsín, jefe de la Casa Real y Alfredo Martínez, como jefe de Protocolo que es, atentos a las necesidades del ciudadano Iglesias; y el médico del Rey le administró una pastilla para combatir el dolor de cabeza causado por el mal de altura que se suele sufrir al llegar a La Paz.Realmente el covid 19 fue una razón de lo más principal para evitar acercamientos, medidas de seguridad. En el avión usaron mascarilla y respetaron distancias de seguridad. No comieron todos juntos y solamente pudieron reunirse el rey, el vicepresidente y la ministra de asuntos exteriore justo antes de llegar a Bolivia para poder repasar la agenda.
A la vuelta, tras la escala en Santa Cruz, el rey que había sido obsequiado con unos panecillos de queso fue repartiéndolos y bromeando en el avión, todos los degustaron.