La Real Academia Española (RAE) es la máxima autoridad en la ortodoxia del castellano, del español, lengua oficial de España, de la que han nacido diversos dialectos que el uso del vulgo a lo largo de los siglos los ha perpetuado como lenguas nativas en las diversas zonas del territorio nacional, territorio que imprimió al primer castellano su impronta popular y lo hizo dialecto, después la política lo convirtió en idioma cooficial, pero hay otras lenguas con las mismas características en España a las que no se considera idiona, sino dialecto o habla, como el habla andaluza, pues como ella, todos los demás hoy llamados lenguas cooficiales de este país.
El objeto de la Real Academia es el cuidado del idioma, por esta razón ha logrado aprobar un documento consensuado en defensa del castellano en nuestra sociedad, en el mismo día que se votaba en el Congreso la polémica «Ley Celaá», que lo degrada a ser una más de las lenguas que perviven en el territorio nacional. Frente a este craso error el "Comunicado de la Real Academia Española sobre la educación en español en las comunidades autónomas bilingües",
aunque pensándolo bien todas son bilingüs, pues usan el castellano formalmente e informalmente su dialecto o habla regional, hoy mal llamado idiomas, que han sido hechos cooficiales con el Españpl. El pleno de la Academia afirma que su objetivo son "los
pormenores que conciernen al uso de la lengua española en los diversos
niveles de enseñanza". Se hace fuerte este comunicado respaldado por el artículo 3 de nuestra Carta Magna.
"El legislador no se desviará de la protección que el artículo 3 de la Constitución dispensa al español como lengua oficial del Estado que todos los españoles tienen el deber de conocer y el derecho de usar".
Es la orden que los reales académicos de la lengua dan al politiqueo barato y siempre pretencioso de quienes no dudan en vender lo que sea a costa de mantenerse en su sillón. El texto que puede sonar tan firme como sutil, no es más que una protesta ante el debate político-zafio de cismas linguales que parece no respetar la lengua madre, el castellano, el español, la lengua oficial y constitucional de España y común entre todos los españoles.
La RAE sale al paso ante la "preocupación principal es que el futuro texto legal no
ponga en cuestión el uso del español en ningún territorio del Estado
ni promueva obstáculos para que los ciudadanos puedan ser educados en
su lengua materna y accedan a través de ella a la ciencia, a la cultura,
o, en general, a los múltiples desarrollos del pensamiento que implica
la labor educativa". Esto es: como lengua vehicular, puesto que ese papel es el quid de la
cuestión, porque ha sido eliminado del texto legal. Y no debe ser así, puesto que siento de este otro modo, se está violando la Constitución.
La Academia subraya que son más de 485 millones de personas las que tienen el castellano como lengua materna y señala igualmente la universalidad de una comunidad de castellanohablantes de 600 millones, lo que "convierte al español en un bien de valor incalculable, que es patrimonio común de las naciones y los pueblos que lo usan como lengua de comunicación y de enseñanza y obliga a todos los Gobiernos, especialmente el de España, a garantizar su conocimiento y libre utilización".
Apuntan en el documento el peso del trabajo del conjunto de las Academias de la Lengua del mundo, especialmente de la RAE, "a favor de la unidad del español, de su cuidado y de su fortaleza"... "dada la importancia que tiene para nuestra nación el español como lengua oficial y los deberes de protección que la Constitución impone, la Real Academia Española, sin perjuicio del análisis crítico final que en su caso proceda, se pone a disposición del Gobierno y del legislador para prestar el asesoramiento que se considere necesario".
Más vale prevenir que curar, visto que están desvocándose las cosas con respecto al idioma de todos los españoles, su depreciación es una depreciación de la identidad que nos une, quizás sea ese el hilo del que los separatistas quieren tirar hasta terminar de romper la pieza en mil pedazos, pero el resto de los españoles somos más y no lo vamos a consentir porque no es ni lógico ni correctamente político, ni correctamente académico ni nada de nada, es una barrabasada.
El texto es una llamada de atención ante una ley que nace sin consenso por la falta de asesoramiento recibido por los políticos que la ponen en marcha. Lo que nace sin consenso lógicamente tiene poco futuro. Pero el de hoy es un contexto de pactos con independentistas para la cuadratura del círculo imposible que algunos intentan a la fuerza utilizando, chantajeando, mercadeando con la aprobación de los presupuestos generales.
Atacar el bilingüismo haciendo concesiones en la escuela a los programas que van de la mano de los partidos independentistas y que pretenden a toda costa arrinconar el castellano, es hacer concesiones a los separatistas anticonstitucionales y violentos, detrás de los que hay muchas muertes inocentes no se alcanza bien a saber por qué. El fin no justifica los medios, aunque el filósofo político por antonomasia del Renacimiento así lo afirmase, el maquiavelismo es superado en perfidia por el separatismo, que no es ni una filosofía ni es nada, es una forma de primitivismo a mamporros sangruientos que no depara nada bueno y quienes lo crean así están más que equivocados.
La Real Academia no pretende pronunciarse políticamente, no pretende entrar en polítiqueo, lo que pretende es defender de ese politiqueo arribista que pretende la suspensión de la lengua española en una ley de
educación que es más bien de deseducación.
Vargas Llosa define como "idiotez sin límites" la iniciativa de la ministra de Educación que tiene el respaldo en el Congreso por la mínima, dividiendo a las fuerzas políticas por sus ataques tanto al idioma de todos, idioma que defiende la Constitución, como a la enseñanza concertada y otros temas.
Ha asegurado a ABC Luis García Montero, director el director del Instituto Cervantes, institución que vela también por el castellano, el español, en el mundo, que la llamada Ley Celaá no cambiará la situación del castellano en España. Al respecto dice: "Yo creo que esta ley no va a suponer ningún problema para el español. Los problemas políticos vienen de antes de esta ley. La Constitución Española tiene un artículo muy claro que habla de la obligación y el derecho de todos los españoles a conocer la lengua española. Es un artículo que no se toca, que nadie está tocando. Después las distintas políticas que cada autonomía quiera hacer en torno a su idioma… La verdad es que son responsabilidad de esas autonomías".
Pero las autonomías no son táifas independientes, son regiones con autogobierno siempre sujeto en última instancia al poder central del Gobierno de la Nación, así que ninguna de ellas puede degradas el castellano frente a los dialectos hoy considerados lenguas cooficiales. De haberse respetado la terminología adecuadamente y de haberse respetado lo que dice el Diccionario de la Real Academia de la Lengua para cada uno de los conceptos que define, no pasarían las cosas tan estúpidas que están pasando, que además de estúpidas son peligrosas, porque se afecta a la identidad del pueblo español como Nación, como Estado soberano, como País.
Luis García Montero recalcó su defensa del bilingüismo. El bilingüismo bien usado es enriquecedor, en su opinión es una de las grandes riquezas de España. Al respecto dice: "Lo que insistimos tanto en Estados Unidos como en Baleares como en Cataluña, es que ojalá se den cuenta las sociedades de la riqueza qué es el bilingüismo (...) Y desde luego me parece un empobrecimiento de la sociedad catalana que siendo bilingüe y teniendo como propia la segunda lengua del mundo haya quien quiera rechazarla. Ese está haciendo mucho daño a Cataluña".