La fotodepilación es el procedimiento estético que consiste en depilar el vello no deseado en áreas específicas del cuerpo mediante el uso de luz mixta, pero esta luz es pulsada y está compuesta por diferentes tipos de fotones que viajan a múltiples longitudes de onda en un rango de 590NM hasta los 1200Nm. La luz pulsada intensa o IPL es una luz de tipo multidireccional, controlada por el equipo que la provee, resultan altamente versátiles debido a la cantidad de luz que emplean que permite cubrir áreas más grandes y complejas. El estudio del fototipo es fundamental si se decide realizar la fotodepilación, para poder determinar que tan oscuro es el color de la piel debido a que no se recomienda en pieles muy oscuras o con vello de color muy claro.
La depilación láser por otra parte basa su funcionamiento principal en una luz pura, de un solo color que se desplaza en una sola dirección en línea recta en la que todos los fotones que la integran viajan en la misma longitud. Esta luz es absorbida con mayor precisión, lo que permite proteger los tejidos alrededor del área a depilar atacando tan solo la melanina en los folículos. Existen tres tipos de láser: el diodo, el rubí y el alejandrita.
Laser diodo: el láser de diodo resulta ser el más efectivo para depilar el vello no deseado debido a la potencia y la forma 3n la que actúa en los folículos pilosos, adicionalmente se adapta a diferentes tonos de piel a diferencia de los otros tipos de láser.
Laser alejandrita: el láser alejandrita es altamente efectivo para la depilación de piernas, ingle y axilas igualmente es recomendado para pieles oscuras.
Laser rubí: el laser rubí es recomendado para vello negro y el vello en la cara.
Es muy importante consultar a un dermatólogo especialista para en este tipo de procedimientos que pueda hacer los exámenes necesarios y así determinar qué tipo de depilación es el más adecuado para cada persona dependiendo de sus características y necesidades particulares, no basarnos únicamente en una comparación de depilación láser vs fotodepilación generalista, que en algunos casos no sería aplicable a nuestro tipo de piel o vello.
Ninguno de estos dos procedimientos garantiza la desaparición definitiva del vello corporal, generalmente tras algunos meses o años es necesario repetir el procedimiento, es decir que se garantizan resultados más prolongados más no permanentes.