Está aconsejado que la bicicleta deba tener el guardabarros trasero blanco, con lo que se consigue mayor visibilidad, aunque esto en muchas ocasiones no se cumpla.
Dado que es prioridad en una bici la ligereza y la simplicidad, la mayoría de estas se componen de un bien limitado número de componentes, tales como el chasis, que es el bastidor o cuadro, con una o varias piezas, es la estructura del soporte del ciclista y del resto de los componentes.
Las ruedas, que generalmente son dos, pudiendo éstas del mismo o diferente tamaño.
El grupo, está formado por componentes motrices que son imprescindibles, como los ejes, piñones, bielas, pedalier, platos, pedales, cambios, dirección, cadena, mandos, desviadores, frenos.
Siendo imprescindibles otros componentes como el manillar, la tija del manillar, el sillín, la tija del sillín. Aunque existen accesorios que son no menos imprescindibles, según el uso que se les de y sabiendo que la bicicleta es un vehículo sencillo y también fácil de adaptar y de reparar por el propio usuario.
Ciertos componentes accesorios están difundidos entre los países más industrializados y son en ellos muy comunes, como el velocímetro, suspensión, avances, set de herramientas, cierres rápidos, bolsas de transporte de varias formas y tamaños.
Otros componentes prácticamente se encuentran en todas las bicis del mundo como los puños, hinchador o inflador o Bomba de inflar, cinta de manillar, timbre, portabultos, luz, guardacadena y guardabarros.
Entre estos accesorios gana importancia un elemento fundamental: el guardabarros.
Los guardabarros o guardafangos son la parte de la carrocería del vehiculo, que puede ser bicicleta, automóvil, motocicleta u otro tipo; y que enmarca una rueda.
El objetivo principal del guardabarros es evitar que la aspersión de arena, lodo, rocas, de líquidos y de otros residuos, que el ciclista pueda encontrar en el camino, sean lanzados al aire por el rodamiento del neumático con las consiguientes consecuencias, como pueden ser ensuciar de barro la bicicleta y al propio ciclista, produciendo incomodidades y por tanto haciendo factibles posibles accidentes.
El guardabarros son unas defensas típicamente rígidas y que pueden ser dañadas por el contacto con la superficie de la carretera; y que en ocasiones pueden complementarse con faldones de materiales flexibles, yendo cerca de la tierra donde es más posible el contacto.
Suponen un gran beneficio ya que los materiales pegajosos, como puede ser el lodo, pueden adherirse a los neumáticos, mientras que objetos pequeños como piedras se pueden introducir temporalmente en el dibujo de las mismas, mientras las ruedas giran.
Estos materiales debido a la fuerza centrífuga pueden salir expulsados de la superficie de la misma rueda a gran velocidad. Si las bicicletas se mueven hacia adelante, la parte superior del neumático va a rotar hacia arriba y hacia delante, con lo cual, puede arrojar objetos al aire y también hacia otros vehículos o hacia los peatones incluso que se sitúen al frente del vehículo.
Existen guardabarros de bicicleta genéricos para bicicletas e instalables en la mayoría de los cuadros, con la misión de capturar y redirigir las salpicaduras de la carretera dispersadas por las ruedas, efecto que permite al ciclista permanecer limpio en lo posible.