Famosas son las bicicletas tuning de la marca Pacific Coast Choppers, que Mike Brittan fabrica en los Estados Unidos y que se importan a Barcelona para su alquiler y venta. Tras salir de Los Ángeles, Brittan abandona su ciudad natal y después de recorrer medio mundo, decide fundar en la Barceloneta su taller, donde trabajar sobre este tipo de particularísimas bicis, que vienen a inspirarse en un movimiento surgido en USA y que se ha difundido por las principales capitales europeas.
Cada domingo en Barcelona se han llegado a juntar entre 50 y 100 personas decididas a realizar las excursiones que se preparan cada domingo por la ciudad, según Brittan.
Estamos ante un movimiento "underground" con el objetivo de personalizar las bicicletas, algunas de las cuales llegan a tener una clara inspiración en las motocicletas Harley Davidson. Otras bicis, en cambio, recuperan diseños clásicos de allá por la década de los 50 y otras se definen completamente innovadoras.
En Barcelona algunas tiendas generalistas empiezan a ofrecer bicicletas con diseños nunca vistos en la ciudad hasta ahora.
Esta moda o afición a la bici tuning no se limita al tuneo; sino que va más allá, estamos ante una nueva forma de conducción y de pedaleo, porque generalmente se tunean con el sillín más bajo de lo normal y los pies más adelantados que en una bici normal, siguiendo el estilo de la moto Harley Davidson.
Junto a todo ello, una multitud de complementos nacen para añadirse a esta fiesta de la bici tuning, que se traslada del mundo del motor al mundo de los pedales.
Se pueden ver bicicletas tuneadas o decoradas con tubos de escape, también equipadas con altavoces y mp3 o portadoras de bombonas de aire para mejorar la suspensión. Otras bicis terminan teniendo tres ruedas, faros, ruedas de motos.
La bici tuning es una moda que últimamente gusta y este encanto parece ir en progresión geométrica, de modo que el mundo de las bicis tunings se ha dividido en dos, es decir, los que se dedican a la personalización de las bicicletas y los que observan el fenómeno con simpatía.
Se conforma el tuning como un fenómeno cultural urbano, ligado más bien a tribus urbanas que a otra cosa. El amante del tuning bici dedica tiempo y dinero a aprender a personalizar su bici, lo mismo que antes hicieron los tuneros de automóviles o de motocicletas. Se ha convertido en un arte, moverse cercano al medio justo es un arte en sí, ya que muchas personas rechazan al tuning por exhibicionista o de mal gusto mientras otros lo ven como reflejo de su propia identidad.