Existen muchas formas para la eliminación del vello y optimizar la estética, no obstante, uno de los métodos más sencillos es el más simple de todos ellos, estamos hablando de la depilación con cuchilla o afeitado.
Es el más popular de los métodos y por su sencillez puede ser empleado por cualquier persona, con la posibilidad añadida de poder hacerlo en casa uno mismo. Se trata de una técnica rápida en la que sólo se van a consumir escasos minutos en realizarla.
Las ventajas del afeitado son varias, de una parte se trata de una técnica barata, puede hacerse en casa, los utensilios necesarios se encuentran en cualquier supermercado, no se necesita experiencia y bastará tener cuidado para no cortarse. Pero no valen las prisas, es recomendable ir con calma porque un movimiento comprometido puede hacer que el usuario se corte la piel produciendo herida con sangrado.
Como inconvenientes del afeitado hay que decir que el pelo se corta a ras de piel, con lo cual el pelo crece de forma más rápida en comparación con el procedimiento depilatorio con cera, que arranca de raíz el vello. Al crecer, el vello tiene mayor fuerza y nace más robusto, no se trata por tanto de un método definitivo ni tampoco elimina el vello de una forma progresiva.
Con la técnica del afeitado se consigue exactamente el efecto contrario al que se consigue con otros métodos de depilación, pues tras el afeitado nace más pelo, es más grueso, también más oscuro y tendrá un crecimiento más rápido.
Para el afeitado con cuchilla se utilizan productos que ablandan el vello y tratan la piel protegiéndola de lo que en realidad es una agresión. Los productos que se utilizan suelen ser geles o espumas especiales e incluso jabón, que puede ser jabón de afeitar como el que usan los hombres en su afeitado o simplemente jabón de aseo.
La mayoría de las mujeres usan jabón para deslizar la cuchilla por la zona de la piel a tratar, aunque también puede utilizarse geles y espumas especiales, que aportarán algún beneficio en cuanto a hidratación y suavidad.
El método es simple y consiste en mojar con agua la zona de la piel que va a ser afeitada, se enjabona y, a contrapelo, se deslizará la cuchilla suavemente y sin prisa para no tener que lamentar ningún movimiento brusco que pueda llegar a producir alguna herida.
Puede suceder que en el preciso momento no se advierta un arañón y seguidamente comience a sangrar, si continuamos nuestra actividad sin percibir este accidente, podemos determinarnos a hacer tareas que exijan esfuerzo, como correr, por ejemplo, con lo cual, el mismo sudor puede producir que se infecte la zona erosionada.
Para terminar el procedimiento los restos de jabón se retiran con agua.