Es para escuchar de rabo a cabo, porque hasta la cola todo es toro. Detrás del concepto hijodeputa hay mucho más de lo que la gente quizás no ve porque se queda en lo que parece ser un insulto y no caen en la cuenta de que es una descripción, definición de una realidad, de comportamientos que tienen determinadas personas.
Este hombre, que hay que reconocer que es un valiente visto como están las cosas, a modo de "juego" muy en serio, habla de unos y de otros para que, sin nombrar a nadie, el espectador pueda descubrir, a quienes se está refiriendo.
Este monólogo es equiparable a cuando Lola Herrera interpretó magistralmente la obra Cinco horas con Mario, pero este hombre no está interpretando, ni siquiera parece tener el guión escrito, le va saliendo solo, al hilo de sus pensamientos va concatenando cosas y, para que se sepa bien las distintas acepciones de la palabra o palabro hijodeputa, que no hijo de puta, ejemplifica y ejemplifica casos pareciendo que la ristre de candidatos a ser denominados de semejante forma no tenga fin.
En realidad es un canto a la Nación española y a sus buenas gentes, destapando veladamente a los que el protagonista del video llama entre "hijoputa", "hijosdeputa" y "grandísimos hijos de puta". Refleja al ciudadano de a pie hasta las más altas esferas del gobierno de nuestra nación.
Tiene tanto ingenio y razón que merece solo dedicarle un post.
Con respecto al tema bien podríamos decir lo que Goethe:
Porque realmente este hombre tiene necesidad de hablar, de contar las cosas tal y como las percibe, necesidad de transmitir para crear conciencia y para aclarar cosas por si alguien tenía alguna duda de algo.
Pero siempre es necesaria en comunicación la retroalimentación.
El receptor del mensaje debe también saber escuchar, no oir como el que oye llover y hacer lo que en Jerez, dejarla care, sino entender, comprender, buscar en su pensamiento casos concretos y pensar igualmente en qué se puede hacer para solucionar todo esto.
Un país somos todos, de todos depende la buena o mala marcha del país. Estamos de acuerdo en que quienes ostentan el poder tienen la sarten por el mango, pero la ciudadanía debe tomar conciencia para cuando llegue el momento de votar en urnas electorales y hacerlo con verdadero sentido y sensibilidad, porque después tenemos que andar rogando a Dios milagros.