Estamos asistiendo y sufriendo una degradación de los mecanismos garantes de los derechos fundamentales.
Hemos visto, con motivo de la pandemia, cómo se han limitado derechos constitucionales que cuentan o contaban con el máximo rango de protección, es el caso del derecho de reunión por ejemplo, limitados estos derechos por decisiones adoptadas por los Gobiernos central y autonómicos, amparados en una norma imprecisa de 1986 que hasta el momento se había utilizado con un sentido muy diferente y no se ha introducido ninguna modificación en esa normativa.
Se asiste pues a:
- La degradación de la protección de los derechos fundamentales
- debilitamiento del poder vinculante de las normas, con inclusión de la propia Constitución
- inoperancia, según algunos, del Tribunal Constitucional amenazado por planteamientos políticos, parece incapaz de cumplir su función fundamental que es ser
- garante último de los derechos fundamentales
- y juez de la constitucionalidad de las leyes.
La causa de tal degradación de los principios básicos de nuestro sistema jurídico parece estar en la idea que los políticos tienen del ejercicio
del poder, de los políticos que han estado "guiando" el devenir de España en los últimos años, una concepción que parece estar muy distorsionada.
Hay un convencimiento general entre los gobernantes de que la legitimidad que deviene de los procesos electorales no se puede limitar por parte de ningún organismo ni mecanismo legal o ningún Poder del Estado que no cuente con esa misma conexión directa con la popular soberanía expresada p. Se cuesor medio de las urnas en proceso electoral.
Pero..., hasta qué punto los políticos que "dirigen" el devenir de España han salido de los resultados de las urnas y no son producto únicamente de pactos entre quienes no contaban con una mayoría suficiente...
Se llega a cuestionar abiertamente que
un juez pueda anular un acto administrativo que tiene graves vicios de
forma, argumentando de este juez carece de legitimidad
democrática, que sí tiene los actos del gobernante con cargo gubernamental.
De esta forma se está contribuyendo a esa criticada inoperancia del Tribunal Constitucional.
Este pensamiento es erróneo, lo que se entiende como poder democrático no lo es en esencia puesto que se aparta del concepto esencial de "democracia", que no es que gobierne la mayoría sino que se gobierne con sujeción a unos límites
que están establecidos en la Constitución y que la ley garantiza para que los que están en minoría tengan también la posibilidad de convertirse en mayoría.
Se debe entender la democracia como el sistema político que debe proteger a una minoría frente a la mayoría gobernante. Esto no es posible sin un orden jurídico que se base en:
- los principios de jerarquía normativa
- sometimiento a la ley de todos los poderes públicos
- plena separación de poderes.
Estos principios son elementales y son o deben ser conocidos por todos, al menos los que tiene una mínima instrucción en Derecho. Pero sucede que gran parte de quienes ocupan cargos gubernamentales en el Estado de la Nación, no tienen estos conocimientos.
Es necesario
recordar a quienes ocupan cargos con responsabilidad
institucional dentro del Gobierno de la Nación principios fundamentales que deberían conocer. Muchos parlamentarios actúan quizás por desconocimiento de estos principios.
Democracia significa fundamentalmente la defensa del Estado de Derecho.
Sin el respeto a las reglas propias del Estado de
Derecho, la democracia yace inerte.
Todos los ciudadanos han de estar comprometidos en la defensa del sistema constitucional, es el medio más eficaz para tutelar los derechos fundamentales y las libertades del pueblo español que articulan el sistema de convivencia que nació del espíritu de 1978 y está impreso en la Constitución Española, el mismo sistema que hasta ahora ha permitido vivir en paz y "prosperidad" (con lagunas, pero así debe ser) desde entonces.
Depende de nosotros, los españoles, de nuestra actitud en defensa de los principios constitucionales, el éxito en el presente para que quede así, como éxito, en la historia española y para que podamos caminar hacia el futuro como la gran nación de la que formamos parte y que todos y cada uno de nosotros constituimos.