Tras conocerse la sentencia del Tribunal Supremo sobre la cusa Gürtel, Mariano Rajoy afirma que «La moción de censura se construyó sobre una enorme manipulación» y emite comunicado agradeciendo «a todos los españoles» que le «han honrado con su confianza durante los años» que dedicó a la política, destacando la «reparación moral» que supone la sentencia de la cuasa Gürtel, que dictamina como excesivas las menciones de la Audiencia Nacional a la llamada ‘caja b’ que fue lo que motivó la moción de censura por la que Sánchez es a día de hoy "presidente del Gobierno". Asevera el Tribunal Supremo que no puede haber responsabilidad penal sin acusación o defensa.
Mariano Rajoy, el presidente que sacó a España del profundo hoyo en el que la metió Zapatero, expone que:
«Confío en que esta reparación moral les anime a seguir trabajando sin desfallecer por el bienestar, las libertades y la concordia de los españoles».
Para lo cual hace falta gran sentido de Estado, buena voluntad, buena formación política y altos principios éticos y morales, con lo cual, hoy por hoy, lo tenemos más que difícil.
Mariano Rajoy recordó que el 31 de mayo de 2018, -que fue la fecha de la
moción de censura de Pedro Sánchez, que perseguían incansablemente entrar en La Moncloa, a costa de lo que fuese según hemos tenido oportunidad de comprobar-, ya había afirmado en el
Congreso «que la sentencia de Gürtel no condena al Gobierno de España ni a su presidente
ni a ninguno de sus miembros, no condena a ningún militante del Partido
Popular y no recoge ninguna condena penal contra el Partido Popular». Por lo cual no se entiende que el cambio de gobierno se hicera efectivo. Continúa diciendo Rajoy:
«En resumen, toda justificación de la moción de censura está
construida sobre una enorme manipulación de una sentencia que no es
firme y además tiene un voto particular», razón por la cual estaría más que justificado dar marcha atrás y reestablecer el gobierno que en aquel momento estaba legítimamente constituído. Los errores deben repararse.
Según Mariano Rajoy la Justicia por medio de la sentencia del Supremo, «afirmó con rotundidad que no puede afirmarse la autoría del Partido Popular como autor de delitos de corrupción y prevaricación irregular al no solicitarse su condena en tal sentido…». Igualmente menciona que, al partido, «la condena como partícipe a título lucrativo no solo es compatible con la buena fe y por supuesto con la inocencia, sino que presupone esta última».Así que, destaca el Supremo, que: «Nadie acusó porque no se podía, de modo que apuntar una responsabilidad no pretendida es tanto como situarse en el lugar de la acusación y condenar sin instancia de parte»... ; «la contradicción en la que entra la sentencia es evidente, considerar que el Partido Popular era conocedor y responsable penal, aunque sea a efectos teóricos, supone entender que no era ajeno a los hechos penales, de modo que sería imposible aplicar la norma utilizada para imputar civilmente a dicho partido en el proceso penal y con base a una figura, art. 122, que exige la ajenidad»...; «no puede afirmarse la autoría del Partido Popular como autor de delitos de corrupción y prevaricación irregular, cuando esta posibilidad de que fuera destinatario de sobornos no fue objeto de acusación, al no solicitarse su condena en tal sentido y haber sido traído al proceso como partícipe a título lucrativo que presupone que el beneficiario no solo no participó en el delito sino que desconoció su comisión»....«Es una condena a la restitución de lo recibido a título gratuito. Basta con constatar que se ha producido una recepción y que no responde a título oneroso para que proceda la condena a la devolución. Tal consecuencia no implica reproche culpabilístico, para esa condena a la restitución no es necesaria ni una gota de culpabilidad. Ni siquiera conocimiento», dictaminan los jueces.
Por todo ello, el gobierno que ocupa hoy La Moncloa es ilegítimo, aunque sea lícito porque llegó a serlo por cauces legales, pero la legalidad inherente de las actuaciones fue más que dudosa, se retorció una realidad hasta hacerla pasar por delictiva cuando no era el caso, luego el gobierno que hoy preside España no es legal, no es lícito, no es legítimo; lo correcto sería volver al punto de partida, justo al momento en que Rajoy sale de la presidencia y que siga como presidente como si todas las calamidades que han sucedido a su marcha no hubieran pasado. ël reconduciría hábilmente la situación del país.