Ya sabemos lo que pensó Biden del patético paseillo junto a Sánchez en Bruselas, lo ha publicado Alerta Digital. Según parece Biden dio orden a los miembros de su gabinete, entre los que se encontraba la portavoz presidencial, Jen Psaki; y la orden la expresó con estas palabras: “Que este gilipollas no vuelva a acercarse a mí” .
No conozco a quien guste Pedro Sánchez, pero es el presidente de España y España se merece respeto, máxime cuando EEUU tiene intereses varios en nuestro país y alianzas. Distinto es que nosotro digamos de él lo más grande, pero que lo diga el estirado de Biden, ya es otra cosa, su postura debe ser de respeto porque en España, hasta ahora se respeta a USA. Estéticamente más estirado incluso que Trump, muchos preferían en las elecciones norteamericanas al soez presidente antes que al experimentado Biden y tenían razón. Detrás vendrá quien bueno me hará, el refranero español es sabio.
No es que Sánchez merezca que se lo defienda, pero es el presidente de España, lo haya conseguido como lo haya conseguido y representa a España en ausencia del rey; y España merece respeto, entre otras cosas porque históricamente y contemporáneamente, el mundo debe mucho a España.
El “Que este gilipollas no vuelva a acercarse a mí” se lo podía haber dicho a spm (con perdón para quienes acierten con el significado de las siglas), pero también somos conscientes de las jugadas de Sánchez, que llegó a la presidencia mediante pactos con antiespañoles y anticonstitucionales.
No se puede hablar con todo el mundo, aquí Biden parece que piensa igual que esta redacción, pero mirar por encima del hombro a Sánchez, que en ese momento es España, no le parece bien a ningún español, aunque la oposición le requetellame al orden ochenta mil pares de veces.
Este extremo que publicara Alerta Digital, fue revelado por un periodista del noticiero online Breitbart. Según este periodista, Biden fue consciente de que Sánchez buscaba la foto junto al presidente USA, causando esto perplejidad a la Administración de EEUU.
Desde La Moncloa se habría intentado poner en valor la figura presidencial tan deteriorada de Sánchez señalando que se había acordado “que el saludo fuera captado por las cámaras como prueba de la excelente relación que existe entre ambos países”, lo cual ha sido ya desmentido.
No hubo encuentro y Sánchez no figuraba en la agenda oficial de Biden, que para que él lo sepa si lee estas líneas no es el amo del universo, no es Dios, no tiene autoridad moral para mirar a España por encima del hombro y Sánchez debe ser lo que él supone que es, un estadista, para demostrar con su sola presencia que España no se toma "a cachondeo" como se diría en Extremadura y Andalucía.
Es humillante para nuestra Nación que Sánchez acompañara a Baiden durante unos segundos y éste yanky ni siquiera se parase a conversar mínimamente, ni siquiera a mirarlo con respeto, independientemente de que se lo merezca o no, es el presidente de España e inherentemente, por su cargo, de representación de España, lo merece. Puede gustarnos más o menos, pero esto es así.
La educación salva muchas cosas y donde hay tradición política no hay educación, refiriéndonos a Biden; y, refiriéndonos a Sánchez, donde no existe tradición política y dudosa valía personal a juzgar por los hechos y ríos de tinta que corren sobre él, no supo poner a España en su sitio, con lo cual la hace vulnerable ante el mundo.
El paseillo resultó forzado e incómodo sin apariencia de compañerismo, complicidad ni simpatía, sino que el desdeñoso Biden, con prisa, intentó zafarse cuanto antes de Sánchez, no fuese que le hablara de Marruecos, por ejemplo...
El encuentro que planificó Sánchez solo cosechó desprecio y puso en boca de todo el mundo a España. Hay un dicho recurrente en exceso según el cual la gente tiene lo que se merece, el mundo no entiende que Sánchez esté en la presidencia no porque la gente lo haya votado, sino por sus pactos con antiespañoles y anticonstitucionalistas; y, quien lo sabe, desprecia este hecho. Pero sea como sea es el presidente de España y España merece el respeto internacional, con o a pesar de Sánchez.
Estados Unidos debería ser para España un socio preferente a todos los efectos, pero no sabemos si Biden entiende esto, por más que trabajase con Obama, no demuestra seguir su misma línea, no ha empezado con buen pie y esto es un peligro no solo para España sino para el mundo. No se puede ir de sobrado por la vida por muy presidente de los EEUU que se sea. Sin humildad no hay paz y a ver si va a ser cierto aquello de que "detrás vendrá quien bueno me hará".
Algunos medios de comunicación estiman que la pérdida de peso e influencia de España, tan estrepitosamente notoria, costará años para que sea posible reconstruir las relaciones internacionales, pero tal vez no sea así. Quizás la clave esté en el cambio de Gobierno de España, que es lo que piensa la inmensa mayoría de los españoles, socialistas incluidos.
Gobernar no es narcisistamente chupar cámara y producir golpes de efecto para que parezca aunque no sea.
Gobernar un país es gobernar un país, bien, para que la imagen del Gobierno sea óptima a los ojos de los ciudadanos y a nivel internacional.
El presidente del Gobierno de España no se puede arriesgar a que nadie por poderoso que crea que es, lo desprecie, desprecie a España, situaciones patéticas como la del paseillo traen más consecuencias de lo que en principio parece.