permiten/deciden cuales serán los cambios que se producirán. ¿De qué sirve pancartear las calles si el gobierno hace oídos sordos a las reivindicaciones sociales?. Y eso que estamos en el primer mundo, vayámonos a países peor posicionados mundialmente. ¿Se puede decir que es una instancia de participación democrática cuando por cada persona hay 2 policías sobre el manifestante, y eso si es que estamos en regímenes “democráticos”.
después poderlo manipular mejor al antojo de unos pocos encumbrados políticamente, que no es que signifique que sean verdaderos políticos. ¿Hay democracia real o todo esto es falacia?. La democracia a la que pertenecemos hoy en día, no es otra cosa que un show montado por los dirigentes sociales de cada país para mantener el orden que desean perpetuar, que según vamos viendo deviene en ser un orden antinatural que fabrica cada vez más pobres y monopoliza los recursos en manos de unos cuantos que se enriquecen siguiendo progresión geométrica.
Las protestas son el resultado de la injusticia social por un grupo que ha sido marginado por otro grupo que tiene más privilegios, tiene el poder y los recursos económicos. Las protestas no son más que el preámbulo a la violencia por dichas injusticias. Si queremos algo tenemos que esforzarnos al 100 %. Maquiavelo en su “El Príncipe” justifica el golpe de estado e incluso el magnicidio, derrocar al tirano que se alza oprimiendo al pueblo para sustituirlo por el verdadero príncipe que sepa conducir a la sociedad.
Recordemos que vivir en sociedad lo es para cubrir todos, todas las necesidades; vivir en sociedad es realmente vivir en una comunidad de bienes, donde los sujetos se comprometen a tener derechos y obligaciones, donde las cargas se comparten en función del bien social y particular, donde impuestos y legislación son recursos y pilares básicos que sustentan, no oprimen, su finalidad es el bien común, no el sacrificio de muchos para provecho de pocos.
Y cuando surge alguna mente preclara en el terreno de la justicia para intentar corregir y contener a quienes se desbocan tal cual Auriga de Delfos, ha de acompañarse permanentemente por guardaespaldas y temer que en un momento cualquiera dejen huerfanos a sus hijos o viudo al marido. Esto no es orden social sino que a todas luces es un gran desorden, premeditado, hecho de tiempo, con solera, poso, arraigo; para terminar con esto hay que fundir de nuevo a ciertos colectivos y educar no deseducar, cultivar mentes no meter cizaña en ellas. Cuando se camine por esta senda será entonces cuando se vea algo de luz, algo de progreso real, no económico, sino de las personas desde su interior, que son las que hacen, una a una la sociedad, como las gotas de agua componen un mar.