Todo sería diferente si se entendiera el concepto ambición como superación, si se sublimara, si lo convirtiéramos en su contrario; superación es progresar con el objetivo bien marcado y fijado en la
moralidad, en la ética; sin embargo el concepto ambición ostenta una connotación peyorativa. Hay que tener lo justo, excederse es pecaminoso. Así se entiende y así está extendido en espacio y tiempo este concepto. La superación está guiada por valores positivos mientras que a la ambición la mueven energías negativas que pretenden a costa de lo que sea alcanzar el objetivo propuesto. El concepto
superación está relacionado con el bien y ambición con el mal; alguien ambicioso es alguien que hay que mirar con cuidado, no es sinónimo de buena persona. Sin embargo una persona que intenta superarse, está en la línea correcta.