Estoy convencido de que en España empezaríamos a llevarnos bien y a enterrar el garrote definitivamente si a todos nos importara un pimiento la ideología de los demás.
Muy bien dicho, es que algunos solo se limitan a prohibir lo que no pueden superar y a demonizar a quienes sacaron a España de un hoyo tan tremendo que la gente ni se lo explica, el hoyo en el que lo metiró el socialcomunismo de la primera treintena del siglo XX y hoyo que podría haberse convertido en agujero negro de no haber ganado quienes ganaron. Y esto es así literalmente, tan verdad como el Evangelio. Lo que pasa que a los que se consideran ideológicamente cercanos al bando vencido no saben perder. Y no se entiende, porque ellos ni estaban allí, ni entienden lo que pasó ni nada de nada. Están en su nube pero esa nube amenaza con tormenta de pedernal. No ven más allá y al que tanto injurian y demonizan no hizo más que hacer la paz, unir bandos, controlar los disturbios y aplicar la ley, que ya estaba antes de él, aunque tras la victoria del ejército nacional y en todo el mandato de Francisco Franco, como generalísimo de los ejércitos de Tierra, Mar y Aire, se dispusieran otras leyes que fueron creando senda para llegar a la democracia que preparó con la asociación al trono de D. Juan Carlos de Borbón y Borbón. Por más que el socialcomunismo diga lo que quiera decir, la Historia es una ciencia y está ahí, los historiadores profesionales estamos también ahí. No creo que por recrear la historia y difundirla para que se conozca la realidad de los hechos vayamos, a estas alturas, que ser demonizados nosotros también, prohibidos nuestras declaraciones y juicios; y multados a diestro y siniestro. Eso no sería nada democrático. Nada democrático.
Hay que entender que la finalidad de que, durante el gobierno personalista del general Franco, no hubiese partidos políticos, era precisamente esto que encabeza el artículo de Manuel Bohorquez. Si en España a la gente le importara un pimiento la ideología de los demás, es decir, del partido político que sea quien sea, ni siquiera habría necesidad de que existiera tanto partido político. Total, para qué, visto lo visto, hasta sería más fácil un gobierno sin partidos políticos en los que las Cortes estuvieran llenas de parlamentarios que se distinguieran por su inteligencia, bondad y altruismo.
Pero el humano se ha acostumbrado a ser en exceso materialista, quiere lo suyo y lo de los demás, nunca tiene bastante. Si en la escuela en vez de ser bilingües en inglés fueran bilingues en español y altruismo estaríamos creando un país con futuro, verdaderamente así sería.
Pero no, es asombroso como el socialcomunismo que se ha instalado en el poder actúa dictatorialmente para tratar por todos los medios de acallar la verdad, sólo le importa revertir los térrminos de la contienda del 36, que bastante hay que lamentar, bastante se superó en 40 años, como para que la Democracia les diera pie a expresarse libremente para ésto ahora.
¡Qué vergüenza¡, ¡qué insulto a la Democracia, a la Justicia, al altruismo, al civismo que se debe presuponer entre quienes conviven en sociedad. Qué vergüenza¡. ¡Qué vergüenza que en vez de intentar por todos los medios que no haya un español parado se dediquen a prohibir y a demonizar a todo el que diga la verdad que no les es favorable a ellos, qué vergüenza¡, dónde aprendieron éstos democracia¡, en la Piedra Embrocá seguramente. En "Harvard" tampoco porque no han cogido un pico y una pala en su vida...
Sí, es asombroso que ser de izquierdas o de derechas sea objeto de burla, encono, sadismo incluso. Ninguno de los que estamos aquí hoy estábamos aquí entre 1931 y 1939. Las tendencias políticas no son exactamente como las que había entonces. Es que no tienen ni idea de nada. Como se diría en mi tierra: "no tienen idea de ná", pero de ná de ná.
No se darán cuenta de que lo que se intentó durante 40 años fue aunar en un solo bando a todos los españoles, para que hubiera unidad y paz y no discusión, debate y combate..., no, no lo entienden, porque se han puesto un antifaz rojo en los ojos y no ven la realidad, ni la pasada ni la contemporánea.
El máximo homenaje a todos los caídos, a TODOS, fue la construcción del Cementerio del Valle de Los Caídos, que ahora se obstinan en profanar una y otra vez. Por qué no dejarán en paz a los muertos, de todos los bandos, o es que los caidos y los asesinados y los torturados por el bando socialcomunista no importan, pues sí, SÍ IMPORTAN, y bien salvajes que fueron con ellos en muchos casos. Penas hay en los dos bandos, por eso la idea inicial era que no existieran bandos, sin bandos no hay confrontación. Pero los que han asaltado socialcomunistamente el poder del Gobierno español están por innovar, quieren pasar a la posteridad como "los que hicieron esto o lo otro", vanitas vanitatis, los les diría: chicos, no estamos en el Renacimiento donde el hombre se obstina en pasar como sea a la posteridad. Se trata de hacer als cosas bien, no de hacer lo que sea como sea. Si no vais a pasar a la posteridad por gravísimos errores no por bondades civiles, que es a lo que todo político debe aspirar.
Ser de derechas hoy, como decía en su artículo Manuel Bohorquez "pueda ser objeto de burla en las redes sociales, de despido en el trabajo e incluso de separación. Te pueden matar por llevar una bandera de España por la calle".
A ver si se superan ya tantos tópicos tan típicos ya que dan asco y progresamos hacia el objetivo de vivir en sociedad, auxilio mutuo y progreso para ascender en nivel de vida. Tan simple como eso.
Copio un párrafo que no tiene desperdidio:
No hay nada que genere más odio entre las personas que las ideologías y las religiones. “A Isabel Díaz Ayuso hay que echarla porque es de derechas”, leí ayer mismo. Y a Pablo Iglesias, porque es comunista, o lo que sea. Lo que me jode de Iglesias no es que sea comunista, que creo que no lo es en esencia, sino que sea un peligro para España y un estafador. Sí, al que llaman cariñosamente El Coletas o El Chepas, es un estafador. Pero un gran político, que le da tres vueltas a Pedro Sánchez, otro tramposo. No desprecio a Iglesias por su ideología, porque he votado a Santiago Carrillo, Gerardo Iglesias, Paco Frutos, Gaspar Llamazares, Julio Anguita y Alberto Garzón. No he votado a ningún partido que no sea el Partido Comunista de España. No lo digas, hombre, que te puede perjudicar, te suelen decir los amigos. Y tanto que perjudica a veces ser libre y decir claramente a qué partido votas. Al menos en España. Incluso con la familia. “Últimamente pareces de derechas”, me dijo un familiar no hace mucho tiempo. Algo cambiado, por cierto, menos cariñoso y más esquivo de lo normal. Parecerlo no es serlo. Pero es que, sinceramente, ¿qué malo tendría que ahora fuera de otra manera de pensar y que votara a otro partido? A Ciudadanos, por ejemplo, o al Partido Popular. Y si me apuran, a Vox. Juro por la memoria de mi perro Surco que si creyera en Vox lo votaría sin titubear y, obviamente, lo diría en una Tostá, como acabo de decir que siempre he votado al PCE. El miedo y la libertad son incompatibles.
Hay que votar a las personas no a los partidos, conozco a gente que siendo de derechas votó en ocasiones a Julio Anguita, por limpio y justo, no por comunista.
Mi padre siempre me dijo que no hablara ni me metiera en política, había visto cosas, cosas que no quería para su hija, pero es que hoy estás obligado a hablar de política porque si no te comen por sopas, se creerán que somos imbéciles o algo. ¡Que no¡, ¡que no es lo que dicen ustedes señores del gobierno socialcomunista sino otra cosa muy, pero que muy distinta¡.
A Bohorquez su abuelo parece que le decía algo similar:
Mi abuelo tenía miedo de hablar de ideales, porque sufrió mil revueltas campesinas y la Guerra Civil de 1936. “Ten cuidao con lo que hablas por ahí”, me solía decir. Pero, ¿de qué o a qué le tengo que tener miedo en un país como España? Aunque parezca mentira, a que me señalen con el dedo por la calle o que quienes mandan no me den ni un soplo en un ojo.
Es asqueroso pero así es. Si no estás en su bando no trabajas en la vida, el clientelismo socialcomunista se ha instalado laboralmente y ha echado tales raíces que no se termina con él tan fácilmente, ni aunque cambie el color político en el Gobierno, pasarían años antes de volver a ver el agua clara, sin nada que la enturvie, correr limpiamente aportando aire fresco a este pobre y gran País.
Dice también: Por ser crítico con la izquierda corrupta me han llamado franquista, fascista, renegado, desclasado, racista y machista.
...Y a mí, y a mí, y eso que soy mujer.
Todo tiene otra lectura. ¿¡Será posible que los socialcomunistas del poder en España lo que quieran en realidad es una guerra civil para ganarla ellos ahora¡?. Esto no es ninguna tontería y sé que hay muchos que lo piensan también. Pero guerra sin destrozos, no peligren sus salarios, su nivel de vida, para nada importa la VERDAD, la ética, la moral, parece que lo único que importa es mantenerse en el poder, a ser posible per secula seculorum.
Realmente parece que es eso lo que quieren, con horror (para quien sabe la verdad verdadera y tiene moral), odio (al contrario), sangre (terrorismo grupal o personalista), luto (por las víctimas), hambre (porque no come más quien comulga con ruedas de molino). Qué se ha avanzado en algo más que un siglo, es para preguntarse, más bien parece ser que se ha involucionado, la bota sobre el cuello de quién no opine ni acepte sus presupuestos, para el resentido con poder, eso es el placer. Como diría alguien por ahí: "Qué picha más corta tienen"... (mantengo el anonimato, hay que ser discretos en esta vida). Su concepto de placer es cargarse al adversario, cargarse a quien sepa la verdad que ellos no defienden, cargarse a quien sea oposición como sea, porque solo ellos son santos, pero santos pajares, que van a prohibir y sancionar a quienes digan la verdad.
Las guerras se ganan en su momento, se asumen los resultados, si no se eterniza el rencor de los vencidos, que en este caso fueron tratados como ciudadanos sin ideología política, no había partidos, para que no hubiera contienda, pero el hombre gusta de caer cuantas veces mejor en la misma piedra.