En medio de las tensiones que se producían entre Estados Unidos e Irán, mayo de 2019, unilateralmente el gobierno sanchista decide retirar la Méndez Núñez, fragata de la Armada española, del Grupo de Combate del portaaviones Abraham Lincoln. Donald Trump se molestó profundamente y ello provocó gran preocupación en Navantia, ya que se jugaba un suculento contrato con Estados Unidos contrato valorado en 20.000 millones de dólares y peligraba con ello la oportunidad, lo que sería duro revés para los planes de futuro de Navantia que pretendía la construcción de una veintena de fragatas de nueva generación para la U.S. Navy. Tal que así sucedió en la madrugada del jueves al viernes 1º de mayo un comunicado oficial desde el Pentágono resolvía la cuestión. Finalmente el contrato se formula con la firma italiana Fincatieri.Esta determinación se entiende como castigo de Trump al Gobierno sanchista por sus desplantes e incumplimiento de los presupuestos de la OTAN.
La construcción de la primera unidad de la futura serie de fragatas de última generación para la marina estadounidense, que llevaría el nombre de FFG(X), ha caído del lado italiano y oficialmente se ha sabido que los astilleros de Fincatieri serán quienes desarrollen la primera parte del proyecto, hasta 20 fragatas nuevas valorandose elencargo en unos 18.000 millones de euros,cada fragata tendría un coste de unos 860 millones, teniendo la primera de ellas un coste superior al resto, un precio sobre los 1.090 millones.
Navantia queda sin una gran oportunidad de negocio, entendiéndose ésta como una de las mejores a nivel internacional que se han presentado, al menos en los últimos diez años.
Los astilleros españoles acudían al contrato bajo consorcio con General Dynamics y sus astilleros Bath Iron Works, sería aquí donde se construirían; por su parte España colaboraría aportando ingeniería y asesoramiento; y, aunque las fragatas no iban a construirse ni en Cádiz ni Ferrol, sí darían una importante carga de trabajo.
El diseño de las fragatas de la oferta española tenía ventaja por estar probado con éxito en las españolas F-100, en servicio actualmente en la Armada y las futuras F-110. La exigencia de EEUU era que el sistema de combate de las fragatas FFG(X) fuese el Aegis, que se había desarrollado conjuntamente España-USA en los años 90 del siglo XX, básico actualmente para la estrategia defensiva antimisiles del Pentágono. Sabiendo esto la pérdida del contrato no obedece sino a condicionantes políticos.
La relación diplomática España -USA ha sufrido reveses en los últimos meses por los encontronazos Trump - Sánchez a causa del gasto insuficiente de España en defensa pese a los compromisos firmados por Mariano Rajoy en 2014, que exigen de parte de USA y la OTAN a España gastar en partidas de defensa un 2% de su PIB que consideran lo mínimo para cada aliado; pero el gasto español no llega al 1% siendo el más bajo de la OTAN. Incluso el malestar de Trump se ha materialiado en forma de desplantes públicos dirigidos contra Sánchez en las últimas sesiones de la OTAN. En diciembre de 2019, USA excluyó en la cumbre de Londres a España de todas las reuniones periféricas de alto nivel, llegando a etiquetar de "moroso" al gobierno socialcomunista de Sánchez, que ha intentado sin éxito convencera Podemos de elevar el gasto militar para cumplir con las exigencias de Trump y la OTAN.
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