Sevilla I. Orto y ocaso de un sitio histórico

Hay que ver como se malgasta el dinero en este país, esto es lo que está pasando con el magnífico edificio de la Cárcel Sevilla 1 que decidieron derribar así porque sí. Ahora los titulares que vemos en los diarios como ABC vienen a decir que Muñoz visita el arranque de las obras, que cuentan con una inversión de 1,1 millones de euros para consolidar las estructuras y mejorar las cubiertas.

El Ayuntamiento de Sevilla se quiere apuntar un tanto ahora, después que derribó POR CAPRICHO, un edificio que tenía unas increibles posibilidades de rehabilitación y reacondicionamiento para distintos usos. Podría haber sido residencia de ancianos, podría haber sido un núcleo residencial o de apartamentos turísticos, dada la escasez que dicen que de estos servicios existe, incluso podría haberse acondicionado como archivo, biblioteca, centro de documentación e interpretación. Pero no, se decidió su derribo en un derroche de inteligencia borrical sin precedentes.

Lo que queda de la antigua cárcel no es más que la parte administrativa, todo lo que eran celdas y demás, hasta una estupenda emisora de radio que existía, fue derruido. Solo dejaron una parte testimonial, sin saber en realidad el valor de lo que estaban haciendo, o mejor dicho, el desvalor, pues estaban destruyendo una parte importante del patrimonio histórico de Sevilla.

Tuve la ocasión de conocer el edificio con ocasión de un contrato para la organización, descripción e informatización de la documentación del antiguo fondo de represaliados. El objetivo era realizar la transferencia al reforma la antigua cárcel de Ranilla al Archivo Histórico Provincial de Sevilla.

Para crear un centro de memoria democrática solamente había que conservar lo que había, un espléndido edificio que derribaron como oyendo las rabietas de algunos, personas que no entendían el verdadero significado de tan singular edificio.

La reconstrucción del pasado permite a los ciudadanos, como receptores que son en última instancia, de los resultados; es decir, percibir la reconstrucción fidedigna de nuestra vida en sociedad a través del tiempo, sea más lejano o contemporáneo; y posibilita, al menos en la teoría, una mejorar de nuestro futuro. Conocer la Historia para aplicar sus enseñanzas en el presente.

Con el edificio en pie, además de reconstruir el pasado en abse a los documentos que seguía custodiando, se podía hacer por la simple vista del edificio, su inspección con criterio histórico, escuchando lo que dicen las piedras, las distintas estancias del lugar.

Para la reconstrucción de nuestra historia, de nuestro pasado contemporáneo más reciente, nos encontramos muchas veces con la dificultad que representa la dispersión de las fuentes documentales, enfrentándose el historiador a importantes lagunas temporales y también geográficas. En este sitio histórico se aunaban la dialéctica de las piedras con las palabras escritas en millones de documentos que esclarecían cual fue realmente la realidad de los hechos, siempre que se los leyera con una mente limpia de prejuicios.

El edificio de la Cárcel Sevilla 1, que el vulgo determinó denominar Ranillas, ofrecía en exclusiva y gratis la historia contemporánea más reciente y que más afecta a los sentimientos de los ciudadanos contemporáneos pero que no fueron, en realidad, contemporáneos de los hechos acaecidos en la pre, guerra y postguerra civil española. 

La memoria colectiva no se puede manipular, pero ante la carencia de esa memoria colectiva de hecho, debido a que los hechos históricos distan ya demasiadas décadas como para que los testigos presenciales puedan hablar de ellos, se ha introducido demasiado amarillismo partidista que pretende tendenciosamente, arteramente, torticeramente, la manipulación de la Historia, de los hechos tal y como acaecieron. 

Tanto el edificio como los documentos hablaban solos, ¿por qué no los dejaron hablar y silenciaron para siempre una parte?. Nosotros protegimos con la descripción, informatización y transferencia al Archivo Histórico de Sevilla, los documentos, pero los responsables no hicieron lo propio con el edificio, en magníficas condiciones, aunque abandonado, sucio, despreciado, simplemente porque fue una cárcel en la que cumplieron condena los llamados "represaliados", pero no se habla de la labor de reinserción social, había hasta una emisora de radio, en perfectas condiciones de uso, donde los internos hacían sus programas radiofónicos. El edificio data de la época que han determinado en llamar "franquista", pero la radio y demás actividades de reinserción también.

Se dice que donde manda patrón no manda marinero, pues eso es lo que actualmente pasa demasiadas veces, que un marinero hace de patrón. En este caso el edificio y la documentación eran el patrón y el marinero los poderes públicos que determinaron derribar tan singular inmueble. Y se quedaron tan anchos y panchos, qué orguyosos estarán de su hazaña. Pues no se comprende. No desde el punto de vista histórico.

Se recurre a fuentes indirectas ya no directas sino de segunda o tercera mano, me refiero a la tradición oral, que no preserva de subjetivismo nunca, el contenido de la noticia que se comunica puesto que está expresada por una persona que se posiciona frente a los hechos. No hablan los documentos, hablan las personas y no d eprimera mano sino de oidas y no se puede hacer la historia de oidas ni escribir en base a lo que otros han escrito o al menos, no solo eso, porque hay que acudir a las fuentes directas, a los documentos.

No se puede reconstruir la historia ne base a vivencias heredadas sino viendo insitu, inspeccionando y estudiando la documentación con la que se cuenta, que en este caso es un fondo extensísimo.

La memoria histórica es un concepto socio político reciente que viene a designar el esfuerzo
de determinados grupos porque se ponga en valor su pasado, el suyo particular, porque parece que otros grupos no pueden obtener ventajas de este artificial concepto denominado Memoria Histórica que ahora se ha suavizado o se ha intentado darle un aspecto más amplio al denominarlo como Memoria Democrática, aunque el concepto en realidad, no se adapte a la realidad que supuestamente pretende, no se ve que se respecte excrupulosamente la historis, la verdadera.

El Ayuntamiento de Sevilla ha iniciado, en una inversión que ha sido al parecer impulsada por la Gerencia de Urbanismo, obras de consolidación y conservación, esto después de haber derribado casi la totalidad del complejo edilicio, estas obras lógicamente se refieren solo a lo que queda, al antiguo pabellón de ingresos.

La inversión, con tantos puestos de trabajo para la gente de la cultura, de la verdadera, no de los festejos cruentos, es decir: archivos, centros de documentación, bibliotecas, museos, es de 1,1 millones de euros. Ahí es nada. Los parados profesionales de la cultura seguimos parados. Ahí es nada.

Estos trabajos constituyen la primera fase para la adecuación de lo que queda del complejo edilicio, lo que se pretende es hacer un centro que sea referencia de la memoria histórica o democrática como el socialcomunismo ha determinado denominar.

El proceso de participación quedará liderado por el Consejo Municipal de Memoria Democrática que próximamente tendrá su primera reunión para su constitución.
 

Vea la galería completa con 32 imágenes que publica ABC

El delegado Antonio Muñoz, de Hábitat Urbano, Cultura y Turismo, ha visitado el viejo edificio, lo que queda del mismo, junto a Adela Castaño, delegada de Participación Ciudadana, Igualdad, Educación y Coordinación de Distritos; y también junto a Francisco Javier Páez, delegado del distrito Nervión.

Han estado repasando el estado de los trabajos cuya finalización se ha programado para el segundo semestre del año 2022. 

Muñoz se expresó con estas palabras: «Después de la transformación que ha experimentado todo el entorno en los últimos años, con el parque, el centro cívico y la sede de la Delegación de Gobernación, esta inversión cumple el compromiso que teníamos con los vecinos y vecinas y con las entidades memorialistas de recuperar este edificio para el distrito y para toda la ciudad y que sea un símbolo de la memoria histórica».

La inversión está enmarca en la estrategia de recuperación del patrimonio histórico, ya lo hemos visto claro, ya. Estrategia que ha puesto en marcha el Ayuntamiento de Sevilla, cuyas estrategias en distintos ámbitos ha tenido más que críticas, recuerdense las actuaciones en materia de patrimonio medioambiental, con la pda incontrolada y abusiva de árboles a los que extenúan hasta la tala o tala simple y llama y nunca mejor dicho; o en el tema de las capturas feroces de pobres gatos y perros que tienen hasta señales en su cuerpo de pertenecer a una colonia controlada o tienen chip, pero da igual, todos al zoosanitario donde incomprensiblemente aparecen, hasta al día siguiente, como desaparecidos o como incinerados. Esto en la opinión de muchos, de la mayoría, son atropellos contra el patrimonio ya sea histórico, urbanístico, medioambiental...

Actualmente se tienen en marcha inversiones con un presupuesto que supera los 30 millones de euros.

El proyecto ha sido adjudicado a  Alberto Domínguez Blanco Restauración Monumentos, la empresa se centra en la conservación de las cubiertas, muros y estructuras, precisos para el mantenimiento de la edificación. Son obras de consolidación, según precisan: «respetuosas con el valor histórico, patrimonial y social de este inmueble», con lo que quedó de él, claro; que «garantizarán su seguridad» y recuperarlo como espacio para la ciudadanía. 

Pero el respeto a la arquitectura original no se debe entender al pie de la letra pues lo que recoge la  iniciativa es la sustitución de la estructura horizontal y también de las cubiertas «para ejecutar una serie de forjados unidireccionales similares a los actuales capaces de soportar las nuevas cargas del edificio y que van anclados a los muros existentes».

Según parece, para las cubiertas se ha planteado la colocación de una estructura auxiliar que será paralela a la actual, con la finalidad de soportar mejor los refuerzos. Se mantendrá la cubierta original por su interés y singularidad como elemento arquitectónico que data de principios del siglo XX. 

El desmontaje de la actual cubierta se aprovechará para la instalación de capas nuevas de aislamiento térmico e impermeabilización que pretenden mejorar el comportamiento energético del edificio. 

Se instalará nueva red de saneamiento y se repondrán los tejados con la teja actual, tras realizar las labores de aportación, recuperación y limpieza necesarias.

El antiguo pabellón de ingresos se usará como nuevo centro de la memoria histórica. Según Adela Castaño, delegada de Participación Ciudadana: «Vamos a convertir este inmueble en un referente de la memoria histórica a nivel autonómico y lo haremos además con la participación de las entidades memorialistas tal y como nos hemos comprometido».  

Antiguo pabellón de ingresos de Sevilla 1, Ranilla", proyectado por Luis Aranguren y construido entre 1923 y 1930

 

El sitio está declarado Lugar de Memoria Histórica de Andalucía y está incluido en el Catálogo General de Patrimonio Histórico. 

La edificación, de forma rectangular, está desarrollada en dos plantas sobre 1.538 metros cuadrados. Presenta superficie construida en 1.982 metros cuadrados con patio central ajardinado de otros 420 metros. 

La estructura se compone básicamente por muros de carga de ladrillos sobre los que se apoyan forjados unidireccionales. Tiene cubiertas planas transitables y también cubiertas inclinadas revestidas con tejas planas cerámicas. 

Se puede obtener más información consultando "Los expedientes de penados de la Prisión Provincial de Sevilla, IIPP, Ministerio del Interior" de la autora de este artículo, María del Carmen Calderón Berrocal en TABULARIUM Edit 5, vol, 1. Págs. 112-139. En este artículo se pueden ver las fotos de la prisión provincial Sevilla 1, alias Ranilla, poco antes de su derribo, fotografías realizadas en visita del equipo contratado para la organización de los fondos de penados y preparación para su transferencia al Archivo Histórico Provincial, visita que estuvo a cargo de uno de los funcionarios de prisiones que todavía quedaban en el edificio.

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