Brahim Ghali, secretario general del Frente Polisario
Brahim Ghali, líder del Frente Polisario, ha afeado a la ONU su "injustificado" silencio ante el "terror" que Marruecos impone a diario a los activistas y denuncia un nuevo asalto contra la vivienda de Sultana Jaya y abusos sexuales contra ella misma y su familia.
El secretario general ha condenado el "reinado de terror" de las autoridades marroquíes que a diario imponen a los , siendo este el caso de Sultana Jaya. Advierte a Naciones Unidas de que no aceptará diálogo alguno mientras persista lo que él denomina "atronador e injustificado silencio" de la organización internacional.
Ghali expone a António Guterres, secretario general de la ONU, en una carta su "preocupación" por las medidas de presión tomadas contra Jaya, habiendo sido su domicilio asaltado en varias ocasiones por fuerzas marroquíes en Bojador.
Afirma Ghali que "Sultana y su hermana El Waara y su madre fueron golpeadas salvajemente, acosadas sexualmente y violadas", denunciando también la contaminación a la familia de la fuente de agua y la destrucción de la vivienda, entre otros diversos abusos, tales como represalia por la "resistencia pacífica" de la mencionada activista.
Reclama atención "urgente" de la ONU frente a los "atroces crímenes" cometidos por los marroquíes en su "ocupación", advirtiendo de que no actuar contra ellos "perjudica seriamente las perspectivas del proceso de paz" y "cierra la puerta a la deseada solución pacífica de la descolonización" del Sáhara Occidental, que fue una especie de antigua colonia española, un protectorado tutelado por España, no por Marruecos, que nada tiene que ver en la zona y la quiere para sí.
Después del reciente nombramiento como enviado especial de la ONU de Staffan de Mistura, Brahim Ghali señalaba que el Polisario no va a emprender ninguna negociación si Rabat persista en su abasalladora política y la ONU "mantenga su atronador e injustificado silencio".
La presión de Marruecos sobre el Sáhara Occidental es escandalosa, así no extranña que el líder del Polisario no descarte -según advierte-, tomar "medidas apropiadas" de persistir la actual situación, emplazando a Guterres a pronunciarse con el objeto de proteger los Derechos Humanos tanto de los activistas como también lograr la liberación de todos los "presos políticos" de forma "inmediata e incondicional" .
Mientras tanto Marruecos, endiosado en sí mismo, espera un «gran gesto» de España para empezar a normalizar las relaciones bilaterales. Su visión imperialista y de monarquía tiránica de siglos medievales se deja ver en los intentos que realiza, desde hace un año, para que España reconozca, como ya lo hiciera EE.UU., la soberanía marroquí sobre el Sahara Occidental. Paralelamente el Ministerio de Exteriores está fracasando en sus intentos y sigue en Rabat la embajadora más de medio año después de la invasión de Ceuta y Melilla por inmigrantes dirigidos por Marruecos y alentados a entrar en la Península como represalia frente a la acogida y atención médica que España dispensó al lider del Frente Polisario.