Este autor, Pío Moa, es un gran investigador que está muy desprestigiado por el ala izquierdista de este país. Esta circunstancia no le quita mérito, al contrario, el mérito que la prensa y la investigación amarillista pretenden restarle lo gana como investigador y como persona por su valentía.
Resulta que es muy difícil comulgar con ruegas de molino,¡ ...vamos..., que no se puede!, literalmente no se puede, ...aunque sabemos que muchos tienen un cuello por el que les pasa lo que sea...; pero, quien tiene respeto por sí mismo, por los auténticos valores que hacen al ser humano ser mejores personas y trascenderse, en vez de involucionar, no puede permanecer en silencio siendo testigo de falsedades y de acoso y cobardía a personas y conceptos, ideología e ideólogos, ala evidencia en suma. No puede mirar para otro lado cuando alguien pretende vestir a la mentira con las galas que debe vestir siempre la verdad. Y, en estos casos, en un estado de la cuestión como el que padecemos, nos ponemos en el ojo del huracán, o tifón, según la zona geográfica; nos ponemos en evidencia para ser blanco de todas las flechas.
Muy bien, se supone que estamos en una democracia y que todas las opiniones son respetables, siempre que estas tengan una base que las sustente, lógicamente. La Historia y las vivencias de personas supervivientes sirven de testigos, mudos y parlantes.
Pio Moa quiere que se difunda este vídeo que no deja nada en el tintero. Dice todo lo que había que decir, sin complejos, con valentía y dando la cara. No se pretende con el mismo más que poner a la VERDAD en su sitio y dar a conocer algunos puntos que muchas personas pueden tener desenfocados y no ver todo lo claros que sería deseable, precisamente por estar en una sociedad en la que "todo vale", en loor de una pretendida "libertad de expresión" en la que todo está permitido y del "prohibido prohibir".
...Y..., todo no vale, hay que saber lo que vale y lo que no; y hay que saber lo que es mentira y lo que no; hay que conocer para poder juzgar, no se puede juzgar saltándose el paso previo del conocimiento, además de injusto es de locos.
En este otro vídeo vemos la impunidad con la que cuenta la invasión a la que estamos sometidos, uno de los problemas que más acucian a España en estos momentos.
No se trata de negarle refugio político a nadie ni negarle el pan a nadie.
Se trata de comprender que la caridad empieza por uno mismo, y como sigan las cosas así, nosotros, los españoles, no vamos a caber; nosotros, los españoles, no vamos a tener lo más mínimos; vamos a perder derechos que han sido conquistados a lo largo de muchísimos años, siglos; y vamos a retroceder siglos en nuestra civilización, para la que hemos conquistado presupuestos muy importantes.
TODO NO VALE. Hay que tener presente siemrpe el ORDEN Y LA DISCIPLINA. Exigirse a sí y a los demás lo justo, lo legal, lo consensuado democráticamente, no lo conseguido con subterfugios y alianzas políticas nada recomendables, sino lo bueno, lo óptimo, lo que hace que cada persona se sienta tranquila consigo misma y duerma bien por la noche, con la seguridad de haber cumplido con su obligación para con sí y para con la sociedad. Hay que saber poner coto a los desmanes.
El político ha de ser como el Auriga de Delfos, escultura clásica que representa a un auriga que controla asertivamente, firme, impasible, a la cuádriga para que no se desgobierne; y, desbocados los caballos, corran hacia el abismo.
Es lo que está pasando ahora, ahora mismo. El pueblo desbocado va en dirección al abismo porque no hay un buen gobernante que, con templanza, corrija y enderece el destino de la Nación, en la que surgen tantísimos problemas que vienen de tantos frentes. Es como si diéramos un pisotón fuerte en un charco lleno de agua y barro.
Para dirigir hay que saber dirigir, no se es lider de un país sin haber sido reconocido por todos en las urnas.
Los mismos pasos para hacerse con el gobierno de la Nación debió darlos cuando Sánchez, contra todo pronóstico, ganó las elecciones que le hicieron lider del PSOE, frente a Susana Díaz, la más aclamada y en la que confiaba la mayoría, casi en pleno, los días previos a las elecciones. Ahora, todo parece contaminado, ahora ella tendrá que asumir las culpas propias y las ajenas; y, como no consiga el liderazgo del PSOE, vamos a tener que sentir mucho. Por lo pronto este vídeo muestra el sentir popular a su paso por una calle de la ciudad.
En este otro vídeo vemos lo que tienen costumbre por hacer los italianos con los políticos que no están a la altura que se les presuponía.
El Príncipe de Maquiavelo es un compendio de filosofía políticosocial que todos debieran leer para saber lo que está bien y lo que está mal, con ojo crítico, claro, porque la dureza de Maquiavelo podría a los malvados dar carta de naturaleza a sus fechorías. Hay que saber leer, y también hay que saber leer entre líneas.
El siguiente vídeo presenta la realidad tal cual es, así son los hechos y así los han ocntado:
Las humanidades, tan denostadas, son infinítamente más útiles de lo que muchos piensan.
El individuo debe conocerse en profundidad, lo que ha sido en el tiempo, lo que ahora es, lo que puede llegar a ser. Debe saber como trabajar a niver personal y social, para trascenderse y no involucionar.
Se trata siempre de mejorar, nunca se trata de empeorar.
El siguiente vídeo es una muestra de cómo si se atendiera más a las humanidades el individuo tendría un campo de visión jamás imaginado por él mismo y que le reportaría infinitas soluciones a los distintos planteamientos que diariamente se presentan. Pero la sociedad, la Administración parece empeñada en lo contrario.
Hace años, con frecuencia, se escuchaba para aquel al que le faltaban luces e instrucción: "...A éste hay que pasarle una garlopa", el dicho usaba el lenguaje del gremio carpintero para ejmplificar que hay que desbrozar, quitar corcha, pulir a la gente para extraer de ellas el diamante que lleva dentro cada uno.
Las humanidades tienen su sitio, hay que reconocerselo, pero parece que no conviene que el individuo vea, entienda, asimile, capte, pudiera ser que le diera por comunicar sus experiencias, sus visiones y sus conocimientos; y pudiera ser también que otros se enterasen y formasen un colectivo, ...a un colectivo es más difícil llamar loco..., un colectivo instruido es peligroso para el poderoso que no se merece el poder.